Entre chopos y nogales
ríos, valles y montañas
viejos sauces y cabañas
higueras, cerezos y parrales
Donde frescas madrugadas
brillan cerca las estrellas
habitan pastores y doncellas
nacen mañanas soleadas
Entre huertos y arrabales
sobre acacias plateadas
brotan violetas moradas
en la puerta de los corrales
Por estas tierras Nerpianas
de pinturas y labradores
dibuja el cielo colores
sendas de penas mundanas
Nerpio rupestre, olvidado
de cuadra, pajar y celosía
sufres en silencio tu osadía
de esconder un gran legado
Entre veredas y caminos
testigo lucido de tu ausencia
nostalgias crean tu presencia
abruptos y toscos destinos
Nerpio de letanías lejanas
paisaje de perdidas ilusiones
perpetuo en tus obsesiones
afán de esperanzas vanas
Tu invierno es rudo y cruel
sabe a migas y puchero
sale por el cerro un lucero
dorado de escarcha y miel
En primavera un verso, tu cielo
que vuela por Taibilla y laderas
vistiendo huertas y nogueras
latidos verdes de terciopelo
En verano eres un cuento
vuelven negras golondrinas
suspiran amores las encinas
cantan los grillos su lamento
En otoño gemidos desesperados
frondoso de hojas amarillas
el sol se aleja de rodillas
tras horizontes ensangrentados
Nerpio azul celeste de sierra
rojo de cuevas primitivas
blanco como tus canas pulidas
gris y amargo como tu tierra
Nerpio suave como un sueño
lúgubre, vanidoso y caciquil
tenue como la luz del candil
arrogante nunca tuviste dueño
Pedro Serrano Gómez