El agua nace
entre los nogales, unos metros más arriba de la Solana de las Covachas, uno de
los enclaves rupestres más “pintorescos” del país, muy cerca del Cortijo de la
Noguera en un paraje conocido como Fuente Taibilla… las pinturas, el agua y la
nuez. Desde hace miles de años ese "rincon" de la sierra es el centro de nuestra particular civilización, gobernada
desde la fantasía por las sombras de las figuras
rupestres que cada noche se desprenden de las paredes de las cuevas para
sobrevolar por los altos valles sin poder ser vistas ni percibidas por los humanos.
Júpiter,
padre de dioses y hombres, de la luz, el trueno y los relámpagos, surcaba los
vientos a lomos de una cabra celtibérica esparciendo sus glándulas poblando las
laderas del rio de nogales “Juglans Regia” guardando en sus troncos centenarios
el secreto del fruto divino que se atribuye
a los viejos arboles de los Jardines Colgantes de Babilonia de donde
brotan las nueces, buenas para la memoria, mejores para el corazón.
Cuentan las
crónicas ancestrales que esas figuras rupestres aladas que tantos siglos de contemplación
atesoran, que un pastor y su hijo
sembraron una nuez junto al rio al lado
de una cueva hace más de quinientos años, varios miles después del onírico
vuelo de Júpiter, en el paraje hoy en día conocido como Plantón del Covacho, no
imaginaban entonces que quien planta una noguera, no come nueces de ella, o
dicho de otro modo; Quien nogal pone su fruto no come, sin embargo aquel gran nogal
dio nueces durante varios siglos a muchas generaciones.
El rancio abolengo rupestre que vigila desde tiempos remotos aquellos parajes donde se encuentra el gran nogal atestigua que su tronco todavía sigue allí en el mismo lugar, pelado y sin ramas, con un
gran caparazón que lo protege de la intemperie y según corroboran es visitado
cada año por mucha gente que se acerca para venerarlo e invocar a los avances
tecnológicos de esta alocada época para que sus ramas vuelvan a crecer y broten
de nuevo sus nueces.
Nada hay que
pedir a los nogales en abril, si durante el mes de mayo cuando ya esta más
entrada la primavera y las flores van cogiendo consistencia, para que este
fenómeno se produzca sin alteraciones, según las observaciones de los alados rupestres, las mujeres del valle donde se juntan los dos ríos suben cada tarde del mes de las flores a la ermita cuando llega el crepúsculo a cantarle a la divinidad durante los treinta y un días sin faltar ninguno, durante este periodo las figuras rupestres permanecen misteriosamente ancladas todas las
noches en las cuevas imposibilitadas para el vuelo.
Para la
Magdalena la nuez plena y si coincide con la luna llena los hombres y mujeres
rupestres danzan alrededor de una hoguera al son de los arcaicos
instrumentos que igual les sirven para
cazar, bailar o cantar, durante esta época los sonidos de los tambores y el golpeo de las lanzas se pueden escuchar hasta en los altos de Huebras.
Truchas en
el Taibilla, nueces en su orilla, casa en que tarde amanece no habrá pan y menos
nueces. Quien no salía temprano a rebuscar no encontraba mucha recompensa, así que lo mejor, vino a las nueces y agua a
los peces.
Por San Juan
cuaja la almendra y la nuez, también los amores cuando dos se quieren bien, la
noche de San Juan es de gran simbolismo en este territorio de pinturas, agua y
nuez. Cuentan que las jóvenes que en la noche de San Juan mojasen sus rostros
en el rio y al asomarse si observaban dos cabezas adquirían salud y belleza.
La encantada
de la Solana de las Covachas sale la noche de San Juan y enciende un fuego si
algún zagal la ve y habla con ella acabara encantado, en cambio si lleva un puñado de nueces evitara quedar petrificado.
Con la
nuez bebe una vez, con el pescado dos y
con la carne tres, si no tienes nada para comer bebe agua solo si tienes sed.
De la
higuera la sombra no es buena y la del nogal con cuidado has de tomar, no es
recomendable echar la siesta a la sombra de una noguera. El secreto está en que
de las nueces emana una cierta cantidad de cianuro de origen natural que puede
producir dolores de cabeza aunque es también parte del beneficio cardiovascular
que se le atribuye al consumo de la nuez.
Higos y
nueces, no se comen juntos todas las veces…así se dice de la unión de estos dos
exquisitos manjares que se unen en numerosas y deliciosas recetas. El otoño
regala cada año la cosecha de la nuez entre gritos de alegría y alboroto que la
familia rupestre celebra en la cueva alrededor del fuego, descascarando las que
todavía no se han desprendido de la capa verde que las ha protegido durante el
verano, con esas cascaras de nuez y la sangre de los animales que cazan
preparan el ungüento
con el que pintan
en las paredes de la cueva. El baile de la nuez comienza al anochecer ya para
el mes de noviembre cuando se recogen las ultimas y dura hasta San Antón como
la Pascua, los grandes cascabeles suenan al fondo de la cueva, en la cámara,
mientras las mujeres danzan rodeando la hoguera.
La nueces llenas poco suenan,
las vanas como campanas. Con este simple método acústico van seleccionando las
que guardaran para el consumo del año, las más ruidosas irán a parar al rio
donde viajaran hasta llegar al mar donde serán peces quien fueron nueces.
En un
artículo sobre las nueces de Nerpio de
finales del siglo pasado un servidor ironizaba sobre su abandono
describiéndolas como “denominación aborigen”, más de dos décadas después afortunadamente por estas tierras sigue
habiendo mas nueces que ruido y ahora si por fin la “denominación” ya es de origen.
04/11/2.023
Pedro Serrano Gómez