miércoles, 3 de septiembre de 2014

Veronico y el globo de Yetas.

Veronico Martínez García nació en Yetas el 14 de mayo de 1921, tiene 93 años, la carpeta que lleva en la mano son algunos " escritos" que tiene recopilados, entre ellos el accidente del famoso globo que en 1928 se precipitó por estas tierras y que el siendo un niño vio y recuerda como una gran "orza volando por el cielo" . Un placer, esta mañana almorzando en Yetas, escuchar los recuerdos de este hombre. Sería interesante poder publicar todo lo que tiene escrito. La crónica periodística de este suceso, es larga e interesante, la pueden consultar en la hemeroteca del ABC del 18 de septiembre de 1928, fue una noticia impactante en aquella época, así la titulaba el diario: EL COMANDANTE MOLAS PERECE EN UN ACCIDENTE DE AVIACIÓN. 
Veronico lo tiene escrito a su manera, él fue testigo directo, tenia siete años cuando vio como aquella "orza gigante" llego por el cielo y se derrumbo en Yetas.
 http://hemeroteca.abc.es/nav/Navigate.exe/hemeroteca/madrid/abc/1928/09/18/023.html

"En mis siete años de niñez, (que aún recuerdo bien), un día que se podía llamar de otoño, cuando los labradores ya empiezan a hacer la sementera con un tiempo bonancible del oeste; a las cuatro de la tarde de dicho día varias personas de las que se encontraban por la calle, observaron a una altura desconocida, (quizá de varios kilómetros), volar como una orza pequeña, tamaño de un balón, ancha de arriba y estrecha de abajo. Así eran los comentarios de los primeros que lo vieron, pero a cada instante, iba creciendo más y más, a medida que descendía hasta la tierra, hasta verse del tamaño de una tinaja. La gente iba corriendo la voz de uno a otro, hasta se echaban voces de un cortijo a otro, para que observaran lo que se veía en el cielo.
Últimamente cuando ya se abatía casi del todo, en un sitio llamado "Loma de Virlache"; se encontraban unos labradores, que ya se habían dado cuenta de aquel artefacto, y del que colgaban unas cuerdas largas y gruesas de algodón, que empezaban a arrastrar por el suelo. Estos labradores (Antonio Ruíz y Eufrasio González) echaron a correr tras el aparato cogiendo las cuerdas y dándole vueltas a unos enebros grandes que al paso se encontraban; pero la fuerza del viento que dentro llevaba y en el que en el campo hacía, arrancó de raíz dichos enebros, y el globo (que eso era, el artefacto), siguió con su fuerza arrastrando las matas, hasta que llegaron a unos pinos grandes y allí empezaron a liar las cuerdas, a dichos pinos, en el sitio llamado: Poyos del Majal de Guillén. 

Terminada esta faena y el mucho trabajo, empezaron a revisar lo que había dentro de la canasta, que era de mimbre blanco como de un metro cuadrado, la cual iba unida a un redondo anillo, unida a la parte inferior del globo por una cuerda de algodón, haciendo un enrejado de cuadros; por la parte de fuera llevaba colgados aun varios sacos de arena de unos diez kilos. Pero al asomarse, dentro de dicha canasta se encontraron sentado, debido a la poca anchura, un hombre que estaba muerto; llevaba una careta y un aparato con oxígeno, pero debido al exceso de altura el oxígeno se le terminó y murió asfixiado."
                                                   

                                                    Verónico Martínez García