El agua nace entre los nogales, unos metros más arriba de la Solana de las Covachas, uno de los enclaves rupestres más “pintorescos” del país, muy cerca del Cortijo de la Noguera en un paraje conocido como Fuente Taibilla… las pinturas, el agua y la nuez. Desde hace miles de años ese "rincon" de la sierra es el centro de nuestra particular civilización, gobernada desde la fantasía por las sombras de las figuras rupestres que cada noche se desprenden de las paredes de las cuevas para sobrevolar por los altos valles sin poder ser vistas ni percibidas por los humanos.
Júpiter, padre de dioses y hombres, de la luz, el trueno y los relámpagos, surcaba los vientos a lomos de una cabra celtibérica esparciendo sus glándulas poblando las laderas del rio de nogales “Juglans Regia” guardando en sus troncos centenarios el secreto del fruto divino que se atribuye a los viejos arboles de los Jardines Colgantes de Babilonia de donde brotan las nueces, buenas para la memoria, mejores para el corazón.Nada hay que
pedir a los nogales en abril, si durante el mes de mayo cuando ya esta más
entrada la primavera y las flores van cogiendo consistencia, para que este
fenómeno se produzca sin alteraciones, según las observaciones de los alados rupestres, las mujeres del valle donde se juntan los dos ríos suben cada tarde del mes de las flores a la ermita cuando llega el crepúsculo a cantarle a la divinidad durante los treinta y un días sin faltar ninguno, durante este periodo las figuras rupestres permanecen misteriosamente ancladas todas las
noches en las cuevas imposibilitadas para el vuelo.
Con la
nuez bebe una vez, con el pescado dos y
con la carne tres, si no tienes nada para comer bebe agua solo si tienes sed.
De la higuera la sombra no es buena y la del nogal con cuidado has de tomar, no es recomendable echar la siesta a la sombra de una noguera. El secreto está en que de las nueces emana una cierta cantidad de cianuro de origen natural que puede producir dolores de cabeza aunque es también parte del beneficio cardiovascular que se le atribuye al consumo de la nuez.
Higos y nueces, no se comen juntos todas las veces…así se dice de la unión de estos dos exquisitos manjares que se unen en numerosas y deliciosas recetas. El otoño regala cada año la cosecha de la nuez entre gritos de alegría y alboroto que la familia rupestre celebra en la cueva alrededor del fuego, descascarando las que todavía no se han desprendido de la capa verde que las ha protegido durante el verano, con esas cascaras de nuez y la sangre de los animales que cazan preparan el ungüento con el que pintan en las paredes de la cueva. El baile de la nuez comienza al anochecer ya para el mes de noviembre cuando se recogen las ultimas y dura hasta San Antón como la Pascua, los grandes cascabeles suenan al fondo de la cueva, en la cámara, mientras las mujeres danzan rodeando la hoguera.La nueces llenas poco suenan, las vanas como campanas. Con este simple método acústico van seleccionando las que guardaran para el consumo del año, las más ruidosas irán a parar al rio donde viajaran hasta llegar al mar donde serán peces quien fueron nueces.
En un artículo sobre las nueces de Nerpio de finales del siglo pasado un servidor ironizaba sobre su abandono describiéndolas como “denominación aborigen”, más de dos décadas después afortunadamente por estas tierras sigue habiendo mas nueces que ruido y ahora si por fin la “denominación” ya es de origen.
04/11/2.023
Pedro Serrano Gómez