que llueve
de las estrellas
serias
dentro de mí, Dulcinea,
que vuela
sobre las acacias.
Si fueras
blanca mariposa
de alas
grises y esmeralda
llevarías
cantos de mañana
surcarías
melodías olvidadas.
Si fueras espuma
dorada
brotando en
atardeceres de otoño
me perdería
en tu lamento
en cada
tarde que se oculta.
Si fueras
extraña pasajera
del viaje
hacia la nada
yo tu fiel
equipaje
envuelto en
sedas coloradas.
Si fueras
mañana soleada
en primavera desbocada
mancillaría
el nombre de las aves
que se esconden
en tu mirada.
Si fueras el
pan de mi sed
el agua de la cañada
serias como
eres hoy
como no
serás mañana.
Pedro
Serrano Gómez (1.999)