jueves, 8 de marzo de 2018

Charla /Coloquio/ 24-02-2.018. XXVI Encuentro de Cuadrillas. Nerpio.

Charla/Coloquio. 24-02-2.018.
La música tradicional en Nerpio.
En 1975 había pocos televisores en Nerpio, en algún bar y en unas cuántas casas particulares en las que nos solíamos juntar los “crios” para ver alguna película o acontecimiento especial. A principios de 1.976 Nerpio salió en la tele en el programa Raices que unas semanas antes pasó por el pueblo para entrevistar y grabar a los Aguilanderos de Nerpio, lo recuerdo como un gran día,  reunidos en la casa de algún vecino, pendiente del elevador por si “subía la Luz”, mirando emocionados la televisión. Como hemos cambiado, eso fue prácticamente ayer y ahora estamos saturados, “hiperconectados” con la información y las noticias bombardeándonos por todas partes y teniendo acceso a cualquier cosa desde el teléfono móvil.  El pasado 24 de febrero tuvimos una pequeña charla sobre la música tradicional de Nerpio con motivo del Vigésimo sexto encuentro de cuadrillas, escogimos este vídeo completo como homenaje a los viejos animeros y por qué en el coloquio participaban tres de las personas que entrevistaban ese día. El fondo de la cuestión y donde yo quería llegar es a contrastar el pesimismo que reinaba en aquella época sobre la supervivencia de la música en Nerpio, casi todas las opiniones eran poco halagüeñas y seguramente era lo más real que en aquel momento se auguraba. Casi veinte años después de aquello Román Gómez inició su andadura con la Cuadrilla y comenzaron los Encuentros en Nerpio, después de más de cuarenta años de estas imágenes y de aquellos presagios poco prometedores todos conocemos la historia, lo que pasó después. Ahora mucha gente que visita Nerpio se sorprende de ver cómo en este pueblo casi todo el mundo toca, canta o baila. El reconocimiento este año de interés turístico regional a la fiesta de la música en Nerpio es un gran homenaje a todas las personas humildes y sencillas de la Sierra que trabajan por mantener y divulgar nuestra historia.
La música tradicional es la “transpiración" de los pueblos, el lamento que brama en lo mas profundo de su alma. En la memoria de estos campos de la sierra reposan adormecidas las composiciones de estas músicas, que son la sustancia ancestral del olvido, melodías que habitan en este lugar privilegiado por su historia y entorno. Son como el sonido dulce y monótono de la lluvia en las hojas de los nogales, la armonía del viento cantando entre los pinos o la sempiterna cantinela del agua corriendo en los arroyos. La música de Nerpio es un canto a la nobleza de sus gentes, una letanía mística de leyendas, cantadas con crudeza e ironía, de las que se desvela el duro, y a la vez alegre, trasiego de varias generaciones que habitaron estas tierras a lo largo del tiempo, es como un viaje a la rica sabiduría popular para aliviar las más banales frustraciones cotidianas. Unos sonidos cuya notación escrita esta en la memoria de los hombres y mujeres que poblaron y pueblan esta comarca de Taibilla. Unas sinfonías donde las partituras son tan anónimas, y a la vez tan cercanas, como las  huellas pintadas que dejaron  los hombres en las cuevas.

Los Aguilanderos son los villancicos de Nerpio. Coplas de navidad que interpretan las diferentes formaciones musicales que hay en este pueblo de la Sierra del Segura,. La música de la Pascua en Taibilla. Las letras de las coplas son tan sencillas y hermosas que nos recuerdan el sentimiento y esfuerzo continuo de los habitantes de esta tierra:
"Abre la puerta Maria, que te traigo el “aguilando”, una patata cocía, sopla que viene quemando"
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Los Animeros o Aguilanderos, cuadrilleros románticos, juglares anónimos que relatan a través de sus canciones la vida en los pueblos y aldeas. Cuentan de todo en sus coplas, pueden ser humorísticas; " Y al subir al moralejo, si te pica un alacrán, se te ponen los "cojones", una miaja regular". Las hay, como no, de desengaños amorosos; "Como quieres que te quiera, si no te puedo querer, que me sigues engañando, desde la primera vez". Otras son locales y con sentimiento religioso como; " Nerpio no se llama Nerpio, que se llama la pureza, porque de patrona tiene, la Virgen de la Cabeza". Hay coplas con irónica sensibilidad erótica; "Debajo del delantal, tienes el infierno ardiendo, deja que meta la mano, aunque la saque corriendo ". Algunas con gran sentido filosófico y de predisposición hacia la fiesta, el cante y el baile; " Tengo que morir cantando, porque llorando nací, que las penas de este mundo, no son todas para mí". Hay tantas coplas como costumbres y siempre alguna adecuada para terminar; "Allá va la despedida, con un cesto de nueces, que te quiero regalar, como tu te lo mereces".
Pedro Serrano Gómez

jueves, 1 de marzo de 2018

Presentación en Nerpio del libro “Y también se vivía” de Jesús López García

Y también se vivía. …. Jesús López García.
Capitulo  0
Yo nací en Caravaca, en la calle que aún termina en lo que fue la estación de ferrocarril. Mi abuela Lidia provenía de Roquel, una cortijá del término de Nerpio.
Comenzar un libro  y que en las primeras líneas  ya se cite el nombre de tu pueblo es un buen síntoma para seguir leyendo, si cuando vas avanzando compruebas que es parte importante del relato y que las historias que cuenta te van trasladando a través del tiempo, llevándote como hechizado a los días bucólicos de la infancia, el resultado es no parar de leer hasta el final.
Jesús López García nació en Caravaca de la Cruz, como cuenta en los primeros compases del libro, es profesor de geografía e historia y miembro de los animeros de Caravaca .Colaborador en diferentes actividades próximas a la etnografía y a la cultura de tradición oral. Sus trabajos de investigación geográfica sobre los campos y montañas del interior del sureste peninsular tienen mucho que ver con este libro que acaba de publicar.
Un relato sobre los últimos que habitaron los campos de la sierra; braceros, pastores, arrieros, molineros, labradores y tantos otros oficios vinculados a las comunidades rurales. Gentes que amaron, lucharon y sufrieron la vida, que se fueron sin hacer ruido, sin quejarse, dejando su sabiduría entre las ruinas de sus viejas casas.
El narrador nos va guiando, con una descripción precisa del paisaje durante todo el camino,  lo que demuestra un gran conocimiento de cada paraje por  donde transita Genaro, un hombre noble y trabajador, fiel reflejo del habitante de esta comarca. 
 El mensaje de esta obra es el desasosiego de la vida y el desamparo  ante la triste  desolación de los campos. Un cumulo de sucesos y emociones que aún se conservan en la memoria de la gente que vive en estas tierras, historias que nos trasladan a nuestra adolescencia, a nuestros padres y abuelos, contándonos su vida,  a la par de la lumbre.
. El libro lleva unos mapas muy detallados de la zona geográfica, que abarcan estas páginas, un  territorio donde confluyen cinco provincias, divididas política y administrativamente, pero con una historia y costumbres en común. Caminos y veredas donde se desarrollan los acontecimientos de este relato entre sueños y esperanzas. 
; Moratalla y Caravaca  en (Murcia), Vélez Blanco  en (Almería), Puebla de Don Fadrique en (Granada), Santiago de la Espada  en (Jaén), y en medio limitando prácticamente con todas  NERPIO,  Yeste y Letur en  (Albacete). Pueblos hermanos con un pasado compartido que tienen hoy un presente incierto con muchas de sus aldeas y cortijás deshabitadas.  

Los acontecimientos que se relatan en este libro se desarrollan sobre mediados del siglo pasado, aunque una acertada combinación de los tiempos literarios entre el narrador y la propia historia se van combinando para crear una delicada estructura narrativa que nos permite contrastar los modos de vida de aquellos tiempos con los actuales. Estas páginas son una letanía sentimental sobre la congoja que produce el paso del tiempo,  la desolación que ha ido dejando entre las aldeas y cortijos de la sierra, escombros y ruinas amontonadas, donde antes, también se vivía.
El autor se descubre, entre Genaro y Prudencio, mostrándonos una sensibilidad vencida por la nostalgia, que demuestra el inmenso cariño que  siente por estos campos, por los animales, las montañas, y sobre todo las personas  que le han inspirado a escribir este libro.
También se vivía, también fueron felices, parece que quiere decirnos desde el titulo,  con  ánimo de reivindicar la dignidad de los hombres  y  mujeres  que  se  levantaban,  al pintar el día, para trabajar en los duros oficios de los pueblos de la sierra. 
Años de gente zurriendo por todas partes,  de potaje de collejas, de guiscanos a tajo parejo, de bailes atestaos en los cortijos, de mozos viejos y de mal de ojo, de arrieros llevando genero por las aldeas,  de bailes de quintos y mozas sirviendo en casas de señoritos.
Historias del nevazo gordo …fue  la fin del mundo, que dejo incomunicada todas las aldeas de la sierra casi dos meses,  leyendas de bestias feneciendo en la nieve,  de gente entelería por el frio.  Relatos donde  uno vuelve a encontrarse con sus orígenes a través de la memoria recordando las historias que tantas veces nos contaron; 
Leyendas de  cuevas y encantás, de víboras y  culebras que se comían animales, de calurosas tardes de trilla, de bestias con cargas de leña, de hombres haciendo pleita.
Hay también lugar para el humor, tierno y a veces  socarrón,  surtido de toques cáusticos como cuando el narrador conversa con Prudencio,  diálogos  surrealistas que retratan de forma magistral el carácter agudo de los zangalitrones del campo.
La música fluye sutilmente como una melodía ancestral por toda la historia, cantares de otros tiempos que perduran gracias a la transmisión oral de varias generaciones en coplas cargadas de sarcasmo e ironía, “Al pie del molino, me puse a considerar, las vueltas que da una piedra, y las que tiene que dar”.
 Entre pasajes de la novela el narrador nos va desgranando hábitos y costumbres  de la propia realidad y de las gentes que la protagonizaron, algunos con nombres propios; En todas partes había buenos músicos, en Nerpio había unos músicos de categoría, como Julián, para la bandurria. Madre mía qué genio. Para cantar, como Desiderio y Víctor no ha habido otros. En Nerpio cantaban unas animeras que ponían el pelo de punta.
El libro lo ha  publicado la editorial Gollarín de Caravaca, estéticamente impecable, precioso. Como ya dijo alguien en una anterior presentación, está hecho con capricho.  Tapas duras, con el titulo y nombre del autor en relieve, con una suavidad que da gusto tocarlo, y acariciarlo. Porque  los libros que nos gustan y nos producen placer  mientras leemos, cuando interrumpimos su lectura para dormir o seguir haciendo otras actividades, podemos llegar a acariciarlos con ternura. Las tapas de esta obra  tienen la misma calidez al tacto que el argumento de su interior  al corazón.  La portada y los inicios de cada capítulo son ilustraciones de Pascual Adolfo López Salueña, licenciado en bellas artes, unos dibujos que muestran el espíritu que quieren transmitir sus páginas, ruinas de cortijos en decadencia, hombres y bestias transitando por las sierras., escenas de la vida en el campo.
Como decía anteriormente contiene también varios mapas de las diferentes zonas de la región en la que se desarrolla la acción, esa confluencia de las cinco provincias  que forman el imaginario colectivo de la parte “Levantisca” de la Sierra del Segura en cuyo centro se encuentra Nerpio. El libro transita entre la realidad y la ficción,  en estas  líneas subjetivas  me traslado a la fabula quimérica  para "proclamar" ; Nerpio, capital de la Sierra Oriental del Segura
 Un pueblo, volviendo a la fría realidad, (como dicen de él las noticias en este frió invierno), y  como decía el autor de este libro hace más de cuarenta años en unas declaraciones en un programa de televisión,;( “Se termina el mundo en Nerpio” un pueblo que está muy olvidado)  Mira por donde,  ironías del tiempo y el destino, en estos mapas ilustrativos del libro y en estas historias que nos cuenta, Nerpio es lugar de paso entre los pueblos y aldeas de Murcia y Andalucía.  
Los caminos del aceite, también conocidos como, ruta del estraperlo, pasaban por su término municipal. El libro, reitero una vez más,  está hecho con esmero y delicadeza,. Hasta el colofón, esa nota o imagen impresa al final de un libro en que se indica breve-mente el nombre del impresor, el lugar o fecha de la impresión, o alguna otra circunstancia, dice así;
Este libro se terminó de imprimir el séptimo día del mes de diciembre de dos mil diecisiete, a la espera del solsticio de invierno y de la conmemoración del nacimiento de nuestro señor, cuando, en otros tiempos, músicos pertrechados de toda suerte de guitarras, laudes, platillos y panderetas, recorrían, de casa en casa, los cortijos y aldeas pidiendo para las Animas Benditas, y llenando de emoción con sus cantos los corazones de la gente sencilla. 
Para terminar de rematar esta edición de lujo al final en la guarda de la contraportada lleva un documento audiovisual adjunto (DVD)  con más de 20 voces  de las personas que le inspiraron a contar esta historia, esos testimonios impregnan todo el libro  rindiendo homenaje a la transmisión oral, palabras acompañadas de preciosas fotografías de los paisajes que aparecen en el  relato,  donde se pone de manifiesto una vez más el conocimiento de los lugares y el cariño que hacia ellos siente el autor, todo ello adornado con una música de fondo donde destaca  el “laudín”  entre varios instrumentos tradicionales, formando parte de la banda sonora  que planea por toda la obra. 
Un buen  libro, ya sea  novela, ensayo, poesía, biografía,  o  cualquier otro género,  aparte de entretener y  proporcionar conocimiento de cualquier tema, tiene que emocionar, tocarnos esa fibra sensible que todos llevamos dentro. Este libro es emocionante, sobre todo si se dan dos condiciones en el lector;  La primera es muy evidente,  que nos guste  leer,  La segunda; no tan importante pero que añade un gran aliciente sentimental, es que estemos ligados a estas tierras por haber vivido aquí  o tener algún vinculo afectivo. Si se dan esas dos circunstancias este libro es imprescindible, emociona y mucho.
 Esa mezcla de realidad y ficción que se combinan magistralmente en este relato  y el testimonio de hombres y mujeres que vivieron un mundo que está prácticamente desaparecido,  recrean un ambiente que nos resulta muy familiar. Los hombres y mujeres que protagonizan estas historias fueron nuestros padres,  ¿puede haber algo más emocionante que eso? Volver a estar con ellos a través de la memoria y los recuerdos, mientras vamos pasando paginas y nos vamos embriagando de nostalgia. Los acontecimientos que se desarrollan en estas páginas hablan de nosotros, de nuestras raíces, de nuestra cultura, de nuestra manera de vivir,  de nuestra manera hablar, de nuestro idioma,  el de las gentes sencillas de la sierra, con algunas de esas palabras que fuera de este entorno no hay quien entienda. 
Aquí queda constancia de lo que tantas veces  hemos oído  contar, la vida  fue muy dura, los tiempos malos, pero casi todas las familias tenían su miaja de tierra de donde sacaban para comer. Existían unos valores nobles de ayuda entre vecinos…Según nos iban contando historias de penuria y sacrificio  se iban volviendo tierna-mente más optimistas y  con una media sonrisa satisfecha cambiaban el tercio..Y los bailes que se hacían, con una guitarra y una bandurria las panzas de bailar que nos dábamos...que si que hemos padeció pero también sabíamos divertirnos….Como decía la Juana de Jacobo, una entrañable vecina de Nerpio,  en Adissan (Francia) cuando íbamos a la vendimia,  con esa ingenua sinceridad que tenia; ..”Hemos "padecio", pero hemos "estao" muy a gusto”.   Su marido Jacobo  la miraba sonriendo meneando la cabeza y le decía; “Que cosas tienes Juana”. La misma sensación  me sigue produciendo el titulo de este libro, 
  “Y también se vivía”(Hemos “padeció”, pero hemos “estao” muy a gusto). 
 El epilogo  produce un cierto desánimo y melancolía, una sensación extraña entre lo que pudo haber sido y no fue. Los caprichosos avatares del destino, se fueron, como   aquellos camiones cargados de bestias, donde llevaban a las mulas y burras,  para sacrificarlas cuando todo fue desapareciendo y ya no eran necesarias.Se las llevan para hacer salchichón “salchichón de burra”.  Decían los zagales, es lo que comeremos a partir de ahora…...No puedo desvelaros el final del relato, lo único que si os puedo decir es que al terminar de leerlo, cuando  cerré el libro, lo volví a acariciar, sentí un gran alivio  y pensé, ( con vanidosa ironía) pensé....
 Ya no tengo que escribirlo yo.
Pedro Serrano Gómez
Presentación del  libro  “Y también se vivía”  de Jesús López García, realizada por  Pedro Serrano Gómez en la casa de la Cultura de Nerpio  con motivo de los actos del  XXVI Encuentro de Cuadrillas. sábado 24 de febrero de 2.018.