viernes, 31 de octubre de 2008

EL TIO ROMAN


Tiene una forma peculiar de caminar debido sobre todo a sus problemas de rodilla, en invierno se refugia en su gorra y una larga bufanda que le protegen de su propensión a los resfriados, después de estos diez últimos años de experiencia con su cuadrilla se ha ido acostumbrando a lo de ( Tío ) algo que al principio no le gustaba demasiado.
Román Gómez Sánchez, el tío Román, nació el18 de noviembre de 1930 en "Los Chorretites" de arriba, una pequeña pedanía de Nerpio despoblada en la actualidad. Recuerda su infancia en la aldea, rodeada de animales y un cortijo plagado de árboles y sembrados. De pequeño guardaba ovejas y ayudaba a sus padres en las tareas del campo, eran labradores y llevaban todas las faenas de la finca.
Sus primeros años los pasó entre las mulas y el pastoreo, en una tierra fértil entre las montañas de la sierra, muy cerca del nacimiento del río Taibilla. Guarda en la memoria los primeros años de su vida como una época feliz, en un paisaje idílico cuando los campos brotaban brillantes, amarillos y las gentes vivían de lo que recogían de la tierra.
Cuando contaba con apenas siete u ocho años compaginaba las tareas agrícolas, propias del entorno y la época, con la música. En su familia había varios músicos que le fueron trasmitiendo la afición por un arte al que su buen oído ayudó con el tiempo a dominar. Su tío le enseñó a tocar la guitarra en las largas y silenciosas trasnochadas al lado de la lumbre; desde entonces la música fue otra manera de
descubrir nuevas sensaciones. Con diez años ya tocaba la guitarra y comenzaba a trenzar las primeras notas del laúd, un instrumento que descubrió solo y que unos años después tocaría con habilidad así como la bandurria y otros instrumentos de la música tradicional de Nerpio.
En el año 1951 se incorporó al servicio militar, estuvo dieciocho meses en Alcoy donde terminó siendo cabo. Durante sus obligaciones castrenses hizo amistad con un valenciano de Liria que tocaba el friscornio y con un albaceteño de Casas Ibáñez que tenía un laúd. Algunas tardes improvisaban jotas aragonesas que cantaba con esmero un capitán de Zaragoza que solía perderse ya que Román la jota que tocaba era la de Nerpio con algunas diferencias a la aragonesa. También en los casi dos años que permaneció en la agrupación de infantería Vizcaya 21 tuvo tiempo para seguir practicando su gran afición.
Tenía veintiséis años cuando se casó con Paca, su mujer, y se trasladó a vivir al pueblo. Trabajó con los forestales, en la agricultura, fue corredor de frutas y frutos secos. En 1970 comenzó a trabajar en las obras de construcción del embalse del Taibilla, al concluir las obras pasó a formar parte de la plantilla de guardas en la mancomunidad de canales del embalse nerpiano. En el pantano trabajó durante veinticinco años hasta su jubilación, en 1994, de la que guarda con cariño una placa que le regalaron sus compañeros. .
Siempre ha estado ligado a la música tradicional de Nerpio, desde los años cuarenta cuando entonaba las primeras notas con la vieja guitarra familiar hasta nuestros días como fundador de su propia cuadrilla. Formo parte de los animeros de Nerpio durante más de treinta años en los que tocaba sobre todo la bandurria. Con los aguilanderos pasó muchos momentos entrañables de bailes de ánimas y fiestas de Navidad.
Un día a principios del mes de febrero de 1992 comenzó sin muchas intenciones a enseñar a unos cuantos niños a tocar la guitarra al lado de la lumbre en el bajo de su casa. Fue en aquellas frías tardes del crudo invierno perpiaño, hace ahora diez años, cuando el Tío Román comenzó un trabajo noble y altruista transmitiendo a aquellos niños el amor por la música tradicional de esta tierra. La música del pueblo que le enseñaron sus mayores y que él ha sabido divulgar con gran entusiasmo entre los jóvenes de esta tierra. Muchos de esos jóvenes nerpianos que pasaron por su casa recordarán con cariño al hombre que les enseñó a descubrir la tradición de un arte local tan universal como la música.
En esta década de existencia la cuadrilla ha viajado por diferentes países de Europa, ha participado en certámenes de música tradicional por diferentes puntos de nuestro país, ha realizado varias grabaciones y cuenta con un disco propio que recoge sus mejores canciones.Durante este tiempo el tío Román ha recibido varias placas y homenajes por su noble labor de divulgación de la música tradicional así como el reconocimiento popular al trabajo realizado.
Después de diez años el tío Román se ha hecho un poco más viejo, muchos críos han crecido y se han ido alejando de la cuadrilla por motivos de estudios y trabajo, a pesar de todo él sigue con los más pequeños abriéndoles la puerta de su casa y compartiendo con ellos su gran sabiduría popular.
Además de la música el Tío Román tiene otras aficiones, una de ellas es el fútbol y su devoción por el Real Madrid con el que sufre y disfruta.
Todos los días antes de comer tiene cita obligada con sus compañeros Andrés y Vicente en el bar nogales donde suelen tomar un aperitivo al que acuden puntualmente juntos desde hace más de diez años, le llaman "el vino", al que sólo faltan por causa justificada. Con sus compañeros de vino comparte también afición en la búsqueda de todo comestible que salga por el monte como setas, niscalos, orejones ...
Tiene un huerto donde se entretiene y cultiva hortalizas. En el cortijo tiene un alambique donde elabora con gran esmero anís "carrasqueño" y vino "parrizón". Normalmente es un vino agridulce, pero el año que le sale bueno es una delicia para el paladar.
Es un gran aficionado a la caza en la que le han ocurrido curiosas anécdotas como la de un día que salió al monte y colocó el reclamo entre unas sabinas, se refugió a la espera de la llegada de las perdices, cuando escuchó al pájaro cantar apunto y disparó, se asomó y se llevó una gran sorpresa cuando descubrió que había matado a la perdiz que tenia dentro de la jaula, desde entonces es conocida la copla:

Román se fue de caza / Antes de salir el sol/Las perdices se le fueron / Y al pájaro lo mató

Como buen relaciones públicas, su capacidad de trabajo e inquietud le tienen ocupado, a sus más de setenta años, como presidente de la asociación de pensionistas en la que organiza viajes y excursiones para los mayores y que además del trabajo desinteresado también se lleva de vez en cuando algún disgusto. Esta acostumbrado a que las críticas sean para los que se mueven y hacen algo.
Tiene buenos recuerdos a lo largo de su vida y de su afición por la música, son para él especiales los años con los jóvenes de la cuadrilla, recuerda con mucho cariño los viajes a Francia y Portugal, la placa de reconocimiento por su labor que un día le entrego el presidente de Castilla La Mancha José Bono y aquella primera que le entregaron los críos de la cuadrilla un día de la Virgen de la Cabeza del año 92 con motivo de la primera actuación en la plaza del pueblo. Le conmueve gratamente el cariño que le tienen todos los que pasaron por la cuadrilla y los buenos momentos que ha pasado con los críos en su cochera junto al fuego entonando coplas.
Se cumplen ahora diez años de la creación de la cuadrilla del Tío Román, del nacimiento de los encuentros de cuadrillas y de las primeras ideas entusiastas para crear la Revista de Tabilla, todo ello fue posible gracias al entusiasmo y trabajo de un hombre al que ahora dedicamos esta breve biografía como homenaje y agradecimiento por ser el gran impulsor de la música tradicional de Nerpio en la ultima década. Un hombre noble que disfruta con la música y que ha sabido trasmitir con entusiasmo esos valores a varias generaciones de nerpianos.

Pedro Serrano Gómez (2002)

jueves, 30 de octubre de 2008

EL FOLLETIN DEL MOLINO DE LA LUZ... VIEJA

Cuando los azules funcionarios de la corporación tuvieron conocimiento de que los mozos más rebeldes de la plataforma subversiva en defensa de la luz vieja habían editado un folletín, advirtieron a la población de las graves consecuencias que aquello tendría para la tranquilidad del municipio. La situación política estaba deteriorada por los altercados de las gallinas. Las aves de corral tenían un extraño comportamiento desde que se inauguró el alumbrado público, los vecinos lo justificaron ante el gobernador en una de sus visitas. - Con tanta claridad los animales no distinguen el día de la noche, no hay manera de encararlas hacia el corral al oscurecer-. Aquellos jóvenes eran unos degenerados, que poca decencia, editar un folletín para tratar de preservar los últimos latidos de la luz vieja. El viejo molino, la fábrica de la luz, era un lugar misterioso, en declive, de donde salía un grave rugido en forma de lamento producido por unas grandes turbinas grasientas. El agua bajaba por un tubo donde los mozos prematuros se deslizaban poniendo en grave aprieto sus partes más nobles. Por la entrada de atrás del molino, donde estaban las maquinarias ensobinadas que producían la luz, brotaban en primavera deliciosas fresas silvestres que Miguel Olivares guardaba con esmero para el cabo Fernando Severo, al que gustaba degustarlas con monotonía acompañadas de unas gotas de aguardiente carrasqueño, un manjar tradicional del que hacía todo un rito. el cabo conocía muchas frutas exóticas y varias mezclas, algunas como las fresas remojadas son todavia recetas endémicas. En los días más crudos del invierno, cortos y escarchados, el sosiego se respira en estas tirras sobrias donde el transcurrir del tiempo no desprende nada nuevo, nada que no esté impuesto por los avatares de la climatología, tan loca como siempre. La luz vieja era tenue, se intuía en la lejanía, desprendía leves destellos anaranjados que se difuminaban envueltos por la oscuridad. La luz vieja pintaba las nevadas de amarillo y adornaba las callejuelas con su permanente parpadeo. El agua llegaba por una gran acequia, bajo los nogales que la bordean se mitificaron deslices obscenos de solteronas y pastores que, según cuentan, poseían a las cabras en celo las noches de luna llena. La influencia de la luna en la vida de aquel valle era un enigma que Severo estaba a punto de descubrir, la relación entre el mejunje de nuez y las tormentas de granizo, la existencia del hombre cabra que según la leyenda se aparecía en las noches de luna llena y tormenta en el cerro de las antenas. El agua corría fresca y clara, se precipitaba por el tubo de la luz vieja cubierto de hojas de nogal en otoño e invierno, las hojas impedían el paso fluido del agua. Al anochecer se acercaba Olivares, quitaba las hojas con un rastrillo y la luz subía. En las pocas casas del pueblo donde había televisor con pantalla abombada, en blanco y negro, cubierto con un tapete de ganchillo hecho con mucho capricho por la abuela en los atardeceres del verano, subia la luz y los plomos temblaban. Cuando la luz vieja subía era arriesgado, el padre era el único autorizado para la manipulación de los aparatos eléctricos, corria a darle al elevador para regular la gran potencia que entonces traía la electricidad. El cabeza de familia murmuraba entonces entre dientes - Está subiendo la luz, Olivetti le está dando al rastrillo - A Miguel Olivares los vecinos le llamaban burlones Olivetti por su presumido acento inglés y porque era de los pocos en el pueblo que sabían escribir a máquina. La luz vieja subia y bajaba al ritmo del rastrillo de Olivares. Además de controlar algo tan importante como la subida y bajada de la electricidad, Olivares acudía por la noche a casa de Severo a copiar con su maquina las divagaciones que éste le dictaba, por lo que estaba al corriente de sus descubrimientos sobre los efectos de la luna en el cultivo de las patatas y del extraño mejunje de hojas de nuez que devolvía la felicidad. Las acacias estaban secas, los pájaros se acurrucaban revoloteando en sus ramas, el sol brillaba dejando destellos trasparentes en la nieve, todo en el campo dormía aletargado en aquel interminable invierno. El pueblo olía a cebolla cocida y matanza, las mujeres arremangadas lavaban las tripas en El Cas, el erotismo brotaba humeante de sus pechos mojados, el corazón bajo cero, al amanecer de una mañana de invierno entre la nieve y la escarcha. El cabo de la guardia civil era un militar a la antigua usanza, sólo se permitia un exceso estético, una bufanda, que con el traje de faena le daba un aire como de pintor bohemio. Era defensor de la legalidad, por encima de otras consideraciones de tipo político, como solía matizar con un gracioso gracejo andaluz. Algo que era de agradecer en los tiempos que se avecinaban tan proclives a la anarquía espiritual. Algo que venía repitiendo con insistencia el cura Peris en las proclamas evangélicas de la misa de los domingos, siempre echaba la bronca a los pocos fieles que acudían. La luz vieja tenía los días contados, se rumoreaba que pronto lIegaria la nueva, su destino estaba unido al viejo cuartel donde Fernando Severo experimentaba con el aceite de las cáscaras verdes de la nuez. Era un servidor de la patria - Como buen castrense - decía - siempre de uniforme -. En los años que llevaba de servicio en el pueblo siempre llevó su traje verde, nadie en el pueblo le habia visto vestido de paisano. Cuando llegó estaba soltero, era un mozo ambicioso, pensaba que su uniforme, su pistola, la autoridad moral de su rango, serian un impedimento para la buena relación con las gentes nobles del lugar. Después de una década estaba casado con Hortensia, tenía dos hijos y el cariño de la mayoría de los vecinos del valle, que se encariñaban con todo el que llegaba de fuera, menos afecto le demostraban a veces al vecino de toda la vída, aunque cuando había que echar una mano la nobleza serrana siempre estaba ahí. Conocido como Severino el herbolario, hijo de un jornalero del campo y amante de las letras. A los diez años emigró por primera vez al sur de Francia a la vendimia junto a su familia para poder subsistir durante los largos inviernos en los que el trabajo en la comarca escasea. Cuando era todavía un crío cogía truchas con las manos para su madre a la que el médico había recomendado comer pescado, allí lo único que había eran las truchas del rio. Hacía mucho tiempo que nada se sabía del tío del pescado, no venía ya el del "chamby" y la tía Esternina, que vendia mixtos de trueno, comentaba sobre la situacion economica, "no se gana pero se trapichea". Cuando ya cumplidos los veinte, Severo le comenta a su padre que quiere ser antropólogo, éste indignado a punto estuvo de echarlo de casa. Cuando más tarde descubrió la rara afición del muchacho avergonzado por su ignorancia estuvo varios días llorando. En el pueblo tenia la oportunidad de dar rienda suelta a su afición, en sus ratos libres se dedicaba a buscar setas y estudiar los comportamientos y costumbres de sus vecinos. Le interesaba la forma de vida de las gentes del lugar a las que observaba con cierta expectación, su trabajo en el cuartel le ayudó bastante. Compró libros de sicología que leia a su mujer, Hortensia era morena, robusta, entrada en carnes, nunca salió del pueblo, admiraba la paciencia con la que su marido pasaba horas y horas ojeando libros que explicaban los hábitos de la gente, algo que ella nunca llego a entender. Le gustaba escucharlo en las largas y frías noches de invierno cuando los niños dormían, al calor del fuego le contaba con ilusión, en voz alta, historias y teorías sobre la vida y los extraños entresijos del alma, mientras las otras mujeres de la casa cuartel hacían adornos de ganchillo para tapar los botijos. Fue él quien desactivó la famosa bomba del depósito del agua sin necesidad de que llegasen refuerzos de la capital, fue quien descubrió al fantasma que envuelto en una sabana robaba la ropa interior de los patios y tenía atemorizadas a las mujeres del pueblo. Durante el periodo de la instrucción Severo se encontraba en la escuela de boínas azules, cerca de donde después lo destinarian de por vida, no pasó por el norte como temían en su família. Su padre murió orgulloso de su hijo al que no pudo dar carrera pero si verlo desfilando con galones de cabo de la benemérita durante la procesión de semana santa marcando el paso tras las pesadas imágenes de los santos, al menos no tendria que emigrar como él, toda la vida de jornalero a vendimias y aceitunas. A los pocos meses de estar destinado en el pueblo ya se comentaban los buenos modales del nuevo "lagarto", nombre con el que llamaban irónicamente los vecinos a la guardia civil, por el color del uniforme verde lagarto y por que los podías encontrar de improvisto tras cualquier loma, como los lagartos en las tardes de verano. El veterinario Ángel Cerdán come lagartos, los prepara a la parrilla, hace gala de su hospitalidad culinaria agasajando a sus amigos de vez en cuando con una parrillada de lagarto, era la única carne que se permitia este curioso vegetariano. Tiene tres vicios conocidos, el café tocado de aguardiente, el mencionado reptil a la brasa y unas matas de tabaco verde que siembra en su huerto. Las atenciones del cabo era algo a lo que no estaban acostumbrados en el pueblo, les parecían excesivas. Las jóvenes en edad casadera decían que el tricornio le daba un aire entre actor de cine y torero. A su llegada se rumorea durante un tiempo un romance con Lina hija de un brigada de la legión. El día que Severo ayudo al viejo párroco Francisco Peris a arreglar la campana de la iglesia éste le aconsejó que no hablara con Lina pues los comentarios en el pueblo eran difíciles de digerir. Unos dias después Lina se marchó apresuradamente a Mallorca con Modesto Martínez y Grande Ruiz que cruzaron el charco en busca de fortuna. La tertulia del Café Rueda era conocida como La oficina, la componían; El señor Miguel Ángel Fraile delegado provincial del movimiento, Javier Canut el peluquero con mano de santo para las permanentes, Olivares el que sube y baja la luz, Cerdán el veterinario vegetariano y Vicente Baranda el médico teniente. Cuando se incorporó Severo dotó a la charla de sus conocimientos sobre la luna y sabía de memoria el número de habitantes de todas las capitales de provincia de España. El delegado no ocupaba ningún cargo en el pueblo pero era el que dictaba en la sombra las medidas que se debían adoptar en las situaciones embarazosas, cuando los objetivos temblaban. - El cabo - decía el delegado para mantener las distancias - carece de liderazgo, mira a la gente con una curiosidad melancólica y pasa horas escuchando las historias que le cuentan los mayores, cuando patrulla por las aldeas puede quedarse horas ensimismado escuchando letanías-. A su subordinado, el numero impar JoseTamarit, natural de Mislata, joven corpulento, colorado y catador de vinos, sólo se le conocía una copla que utilizaba como refranero; -A mí me gustan las mozas que tengan buenos colores y que lleven la merienda al revés de los pastores-. Lo decía con una sonrisa pícara que delataba su lígera embriaguez. Disfrutaba cada vez que salía de patrulla con el cabo, él aficionado a las mujeres, el cabo a los refranes. Su superior tenía muchos pájaros en la cabeza, a veces le decía Hay que escuchar a la gente, todo el mundo tiene algo que contar, toda vida es interesante si se sabe escuchar, ¿tú no me escuchas verdad? Tamarit afirmaba meneando pensativo la cabeza - Usted mi Cabo sabe mucho, tenía que haber sido abogado- En las madrugadas de peluda invernal, envueltos en sus capas bajo el tricornio, aparecían por los caminos como dos figuras fantasmales entre la niebla, primero sobre los caballos hasta que todos murieron, después les trajeron unas motos de segunda mano que el ministerio de defensa compró a los americanos, duraron poco, ahora patrullan en dos mulas, pasan los días de un sitio para otro recorriendo la sierra. Los vecinos son hospitalarios, el cabo y su ayudante paran en los cortijos donde toman almuerzo y una copa para calentar el cuerpo. Es a la vuelta de la patrulla en los atardeceres ínvermales, cuando el crepúsculo acecha en el horizonte, cuando Severo emprendía sus discursos filosóficos: - Anoche soñé que era una maríposa, pero quien me dice a mí, que no soy una mariposa que está soñando con ser hombre- Tamarit miraba a su superior desconcertado asintiendo pausadamente con la cabeza. Con la llegada de la nieve se acentuaba su melancolía y recordaba cuando era niño y ponía cepos en la nieve para cazar gorriones, miraba por la ventana el revolotear de los pájaros mienúas su madre le daba a probar los torrados de las migas. Imaginaba esos lugares de los que hablaba su superior con gran entusiasmo, aquellas mujeres inesistibles que salían de su boca. Le abrumaban los atardeceres ocres perfumados de nostalgia, le producían un misterioso sudor frío. Una tarde que pararon bajo un nogal a la orilla del río para liar un cigarro, sentados a la orilla del camino, Tamarit preguntó: - ¿Perdone la insolencia, mi cabo, pero no podían asignar al puesto un "cuatroele"? -. - Mira Tamarindo - Cuando le sacaba de sus casillas le llamaba así - aquí entre tú y yo, tenemos controlado el término municipal, no necesitamos vehículo, así que levanta y anda que nos vamos, además con el ruido del motor no escucharias mis divagaciones y podria pasarte como al medico Vicente Baranda que se quedó sordo de abusar de las comodidades del motor-. El matasanos, asiduo a La Oficina, solía hacerse el sordo, eso decían los que le conocían, cuando no le interesaba la conversación se hacía descaradamente el sordo y lo achacaba al accidente. Tenía un buche considerable, gesticulaba al hablar y usaba gafas empañadas que le dificultaban la visión. Dicen que quedó casi sordo en un accidente con el coche, algo extraño para los vecinos, ya que según argumentaban, tenia el carnet de primera. La noche que se fue la luz vieja para siempre jugaban al dominó en el Café Rueda abrigados para la ocasión; Fraile el delegado con su impecable traje oscuro, el medico Baranda con su clara gabardina de inspector, Cerdán el veterinario vegetariano con la pelliza que heredó de su padre y Canut el peluquero de señoras, que tenía mano de santo para las permanentes, con una elegante chaqueta de ante. En la casa cuartel de la benemérita, grandiosa en otros tiempos, las ruinas delataban que el edificio no duraría mucho. Compartían patio con Severo, su ayudante el numero impar Tamarit, Cristobal Ibarlosa un navarro popular en el pueblo por correr de forma arriesgada los encierros y Joaquín Calderón, conocido como "el ultimo mohicano", al que llamaban cariñosamente Ximo. Los cables de la luz vieja se desparramaban por las paredes desconchadas del viejo edificio que había unido su destino a las últimas pesquisas sobre aquella vieja iluminada a la que unos poetas defendían en sus odas subversivas. Llegaron al molino de la luz vieja una noche de invierno cubiertos en sus capas, la nieve lo cubría todo, sólo el rio seguia su curso ajeno a la ventisca, las ramas de los grandes olmos que rodeaban el molino estaban dobladas por el peso de la nieve. Bajaron por el callejón del río, pasaron bajo el puente donde observaron una luz difuminada que salía de una de las ventanas del molino. Aquella noche no estaba el horno para divagaciones filosóficas. Recordaba a veces en los momentos de tensión sus recuerdos de juventud, en su pueblo siempre fue Severino el Herbolario, los envidiosos le habían sacado unos versos relacionados con su fama de ahorrador: Siempre paga con talonario / Severo el herbolario... Le retumbaban en la cabeza, como un eco permanente, las últimas palabras del delegado provicial, Fraile , le había dicho; - Hay que cumplir el objetivo, encuentra el folletín. La noche que la pareja de la guardia civil entro en el molino para proceder al registro fue la última vez que Severo vistió su uniforme. Desapareció para siempre esa luciernaga gualda parpadeante que adornaba las calles durante las nevadas noches del invierno. Se fueron los destellos de un paraiso amarillo que cubrió bajo su resplandor los gelidos sueños del siglo veinte. Subieron lentamente a la habitación, abrieron el cofre, Severo suspiró de emoción, dentro estaba el folletín. 
 Pedro Serrano Gómez (2003)

miércoles, 29 de octubre de 2008

JULIAN, EL MOLINERO DEL LAÚD


Julián Plasencia Martinez, conocido popularmente como Julián el Molinero, nació el 26 de junio de 1.930 a orillas del Taibilla, en lo que entonces se llamaba Río Moral (Nerpio). Hace ya algunos años que se jubilo, pronto cumplirá setenta años, esta casado, tiene tres hijas y varios nietos. Julián se dedico casi toda su vida laboral a las tareas del molino, de hay le viene el apodo por el que es más conocido.
Su infancia y adolescencia transcurrió entre las tareas del campo y el molino en el pequeño valle que forma el Taibilla a su paso por los cortijos del Río.
Descubrió la música de la mano de su padre, cuando tenia entre ocho y diez años, no lo recuerda con exactitud, comenzó tocando la guitarra, poco después aprendió a tocar el laúd que es el instrumento que mejor domina desde entonces.
Un arte, la música, para la que Julián tiene unas grandes cualidades, teniendo en cuenta que nunca estudio solfeo y todo lo que interpreta lo hace de oído, eso si, un oído privilegiado.
Hace unos quince años dejo el molino y se traslado a vivir a Nerpio, casualidades de la vida, se instalo en la calle del Río, esta vez a orillas del Acedas, abajo junto al gran puente que sirve de entrada al casco antiguo del pueblo. Un barrio coqueto y bien arreglado cubierto de parras, donde se puede escuchar el murmullo del agua y sentir su frescor, el barrio más bonito del pueblo, comenta Julián.
Tocó durante años con los Animeros de Pedro Andres, aunque muchas veces subían a buscarle para tocar con los de Nerpio, así paso varios años compaginando los dos grupos, su laúd siempre fue requerido por todos.
Desde que llego a Nerpio es, por así decirlo, el maestro de los Animeros, es el encargado de templar y el que elige los diferentes tonos que hay que asumir en cada momento.
Dotado de un oído fino y de una gran habilidad en los dedos, escuchar tocar el laúd a Julián es emocionante, sobre todo cuando interpreta algunos fandanguillos lo que hace con una maestría y sensibilidad asombrosa.
A recorrido muchos lugares con los Animeros de Nerpio, asistiendo a encuentros y festivales de música tradicional, señala como gratos recuerdos los viajes a Madrid e Italia con el grupo de Pedro Andres. También colaboro con la cuadrilla del tío Román durante la grabación del disco que esta edito hace unos años. Enseñó a tocar a sus tres hijas que crecieron rodeadas de un ambiente familiar dedicado a la música popular. Su hija mayor ha creado un grupo de música tradicional con los jóvenes de Pedro Andres, Julián le hecha una mano de vez en cuando para darles algunas nociones sobre todo de laúd.
Es una persona respetada por sus compañeros de la cuadrilla de Animeros por su entendimiento sobre la música y sus tesis razonables dentro de las varias disputas que han surgido en el grupo en los últimos años.
Julián es quizá el mejor músico de oído de Nerpio, es muy personal y autentica su forma de tañer el laúd, dándole una energía y movilidad a su mano que se trasforma en suaves y melódicas notas que brotan de las cuerdas de un instrumento ancestral, herencia de nuestro pasado árabe y que tiene en las manos de Julián un sonido inconfundible.
Con su gorra siempre sobre la cabeza, su peculiar forma de andar, sus gestos al explicar retazos de su vida y su relación con la música, Julián es uno de los últimos de una estirpe en peligro de extinción, la de los trovadores de la sierra, juglares anónimos que con su música llenaron de ilusión las Navidades de los niños de este pueblo.

Pedro Serrano Gómez (1997)

martes, 28 de octubre de 2008

ZOILA LA ULTIMA SULTANA DE TAIBILLA



Zoila González González nació en Peralta, Peña Rubia en 1.918, tiene ochenta y dos años y vive en La Tercia (Nerpio) con dos de sus hijos.
El año de su nacimiento es de triste recuerdo para ella, su padre murió a causa de la famosa y trágica epidemia de la gripe, la enfermedad se cobro más víctimas en un año, más de veinte millones de personas en todo el mundo, que heridos la 1 Guerra Mundial en cuatro.
El virus de la gripe se cebó tanto en nuestro país, que contaba por entonces con una estructura sanitaria deficiente, que la epidemia de 1918 tomo el sobrenombre de "gripe española".
Zoila tiene buena memoria, recuerda muchas cosas de su infancia en aquellos años de escasez; "Mi madre se volvió a casar con un viudo que la conquisto, por lo que fui criada por mi padrastro. He trabajado mucho durante toda mi vida, eran tiempos muy difíciles los que me toco vivir".
Es una mujer amable y trabajadora, cuenta pasajes de su vida con nobleza y simpatía, esta señora octogenaria sigue trabajando en la huerta, en la casa y si hace falta echa una mano a sus hijos con el ganado, su vida ha estado ligada a este castillo, que también llaman de La Tercia, junto al que lleva viviendo más de cincuenta años.
La Tercia es un cortijo situado bajo el Castillo de Taibilla, un lugar mágico que, según cuentan las crónicas históricas medievales, fue como la Santa Sofia de Estambul, iglesia y mezquita.

Después de una juventud de trabajo y sacrificio, Zoila se caso y tuvo siete hijos. Primero vivió en la Dehesa y poco después se trasladó al que ha sido su hogar hasta ahora en La Tercia. "Mi marido era ajorraor y trabajaba el campo, yo le ayudaba con las ovejas, antes nevaba mucho en invierno, había más agua y se recogían más cosas de la huerta, ahora no se que pasa, pero no llueve y nieva muy poco ",
Su marido murió en 1968, por lo que otra vez tuvo que luchar contra la adversidad y trabajar duro para sacar adelante a sus hijos.
"Desde entonces, soy la viuda de Antonio "el Represo" vivo con mis dos hijos solteros Pedro y Ceferino, tengo diecisiete nietos y cinco viznietos, hace ya mucho tiempo que soy abuela, a mi edad todo son achaques, aunque todavía ayudo en lo que puedo a mis hijos".

Lleva una pierna ligeramente vendada a causa de un pequeño accidente domestico. Su hijo Ceferino nos acompaña durante la charla y le recuerda las recomendaciones del medico, a su edad hay que ir apartando algunas actividades que ella se resiste a abandonar.
Habla con tranquilidad del pasado, sin nostalgia, como si fuera algo fresco, recién vivido, recordando la dureza de su vida, huérfana desde su nacimiento y viuda desde hace más de treinta años, cuenta su vida sin rencor hacia nada ni nadie, como si los malos recuerdos fueran casualidades del destino contra las que nada se puede hacer.
"He visto a mucha gente que ha pasado por aquí a visitar el castillo en todos estos años, yo misma he subido muchas veces arriba acompañando a los turistas y también con las ovejas cuando tenia buenas piernas, dicen que el castillo se esta cayendo pero yo lo recuerdo siempre igual".

Sigue fiel a su almanaque zaragozano donde controla el paso del tiempo y los efectos del firmamento y la luna en sus labores agrícolas y ganaderas. Ha vivido durante la segunda mitad de este siglo al regazo del castillo y conoce muchas historias y leyendas de otras gentes que habitaron este lugar.
La faena ahora es placida en este recodo del camino donde vive y trabaja Zoila, el crudo invierno hiela las paredes de esta casa que han sido testigo de la historia de Nerpio durante los últimos mil años.
La vida de esta mujer cubre prácticamente todo este siglo, su memoria es ágil y muchos sus recuerdos, es un verdadero placer escuchar la nobleza con la que cuenta su vida y la sabiduría con la que se expresa.
Es una señora amable, vestida de negro, que habita en La Tercia, Zoila, la ultima sultana de la fortaleza de Taibilla.

Pedro Serrano Gómez (1998)
Foto derecha; La Zoila.Nerpio 1999 (Óleo sobre tabla,54x30cm)Xisco Fuentes

lunes, 27 de octubre de 2008

LA TRIBUNA DOMINICAL 1999



NERPIO INTERNACIONAL




La historia de este siglo XX en Nerpio, es el empeño de sus habitantes en sobrevivir en un lugar donde el aislamiento a dificultado el desarrollo de sus gentes. Situado a más de ciento cincuenta kilómetros de la capital,Albacete, hay quien todavía cree que Nerpio está en el "culo" del mundo. Este municipio lo componen once pedanías dispersas en una extensión de 44.000 hectáreas, y una población de 2.000 habitantes aproximadamente que han tenido que enfrentarse a la carencia de necesidades básicas debido al entorno fisico que rodea esta comarca, conocida en algunos informes oficiales como "zona rural deprimida", quien le puso ese calificativo tan siniestro no debía de tener mucha imaginación. Sin embargo, a pesar de los funcionarios burócratas tan entendidos, Nerpio es internacional.
El Perucho News, es una revista quincenal en Español que se edita en Nueva York y Nueva Jersey con información de Perú y Latinoamérica para todos los castellano parlantes de la ciudad más globalizada y mestiza del mundo, en su número ocho, correspondiente a la segunda quincena de agosto del pasado año apareció un articulo donde se hablaba de Nerpio. El motivo fue la estancia de una Peruana, Flor de María Orduña, conduciendo unos cursos de floristería en el pueblo. Un bonito artículo escrito por Linda Llirod, corresponsal de la revista, describe con entusiasmo los aspectos más llamativos de Nerpio; su tranquilidad, la pureza de sus aguas, el colorido de sus montañas, el olor de las flores sobre los verdes pastos inundando con sus aromas las veredas de una villa de ensueño. No es la primera vez que el nombre de Nerpio se hace internacional, precisamente en Nueva Jersey y Nueva York hace diez años pudieron verse en varias exposiciones los óleos del pintor Nerpiano, José Martínez Santoyo, uno de nuestros artistas más internacionales. Precisamente y hablando de pintura, estos días expone en Barcelona parte de su obra el pintor Nerpiano,Manuel Tenes, un joven artista que comienza a ser conocido y del que oiremos hablar en el futuro. Hay también en Nerpio poetas como Gregorio Rodriguez, que escribe en viejas libretas palabras que salen de su corazón, sus versos son latidos y sentimientos de un alma noble.
Se rumorea que en un estado de Estados Unidos, posiblemente Ohio, hay un pueblo que se llama Nerpio, que podria haber sido fundado por un Nerpiano, es solo un rumor. También hay quien sostiene que los antepasados de la familia De la Cierva proceden de aquí. Lo que sí es cierto es que Nerpio se paseaba por Internet a través de la peña "el pijo" y el buen hacer de Roberto, mucho antes que pueblos más grandes y con más posibilidades. Cuando entramos en la comunidad económica europea en 1.986 algunos vecinos acudieron al sindicato, que aquí es la cámara agraria, para apuntarse, fueron los primeros del pueblo en ser Europeos.
Fue en esos años a mitad de la década de los ochenta cuando en Nerpio se produjo un acontecimiento que traería repercusiones para el futuro, el nacimiento de La Voz del Taibilla, un periódico local que fue la vanguardia en muchos temas inéditos en el municipio, este colectivo organizó las primeras semanas culturales y parte de sus componentes fueron los precursores de un cambio político sin precedentes en la historia política de la democracia en Nerpio. La Voz del Taibilla reivindicó desde sus páginas la conservación de nuestro patrimonio cultural y natural y fue el síntoma más evidente de que la transición había llegado, el periódico a través de sus suscripciones intento sacar a Nerpio de su aislamiento social.
La villa de Nerpio entro en Europa definitivamente con el hermanamiento del pueblo con la localidad Siciliana de Geraci Siculo, hasta tierras Italianas viajo la banda municipal de música con parte de la corporación a finales de los ochenta para darnos a conocer fuera de nuestras fronteras, años después la Cuadrilla del Tío Román llevó la música tradicional Nerpiana a Francia y Portugal.
En los primeros años de la década de los noventa Juan Francisco Jordán y Aurora de la Peña publicaron a través del instituto de estudios Albacetenses de la diputación un interesante estudio antropológico titulado, mentalidad y tradición en la serranía de Yeste y Nerpio, un libro muy interesante, donde se habla de las costumbres y tradiciones de estos dos pueblos de la sierra de Albacete.
Pero fue un libro de viajes escrito por un británico el que llamaba la atención, Michael Jacobs licenciado en historia del arte publico,"entre las esperanzas y los recuerdos" un título tomado de un poema de Antonio Machado, en su libro Jacobs comenta lo siguiente, "lo mejor de España es que con fealdades y bellezas es un país auténtico. Cuando uno viaja por Inglaterra y contempla las docenas de pueblecitos ordenados, todos iguales, uno tiene la sensación de que son una falsificación completa. Esto empieza a pasar en algunas partes de España, pero todavía quedan lugares increíbles como Nerpio, que a sido para mi una auténtica revelación". Nerpio, era una vez mas, internacional, Jacobs dejó constancia de ello en su libro y en una entrevista publicada en El País el 2-9-1.994. Precisamente en la revista semanal de este diario Joaquín Vidal realizó un reportaje sobre Nerpio que llegó a latitudes inimaginables por todo el mundo, mientras en el pueblo algunos comentaban con brabuconeria que a este periodista lo que había que hacer era denuciarlo, increíble.
Si en los últimos años de este siglo y los primeros del tercer milenio, en el pueblo se llevan a cabo algunos de sus proyectos más deseados, como el añorado desvío de la carretera, el parque cultural y el polideportivo cubierto, entre otros, y si todo eso se hace respetando el medio ambiente y cuidando el entorno, Nerpio que nadie lo dude, será cada día más internacional.

La Verdad de Albacete (1997)
Pedro Serrano Gómez.
Fotos:1 La Voz del Tabilla (1987)
2"Nerpio". Portada Revista de Taibilla
Jose Martinez Santoyo (2002)

RESERVA CULTURAL DE ALBACETE


Nerpio es un pueblo que cuenta con un rico pasado histórico y un esperanzador futuro para las primeras décadas del nuevo milenio. Pinturas rupestres, restos de poblados Iberos y Romanos, fortificaciones de la época musulmana, el castillo de Taibilla, molinos árabes, viejas fraguas, la iglesia de la Purísima Concepción, donde se guardan algunos frescos descubiertos recientemente. Son algunas de las muchas riquezas culturales e históricas que posee este municipio de la sierra.
Cada vez son más los visitantes que se acercan por este pueblo para disfrutar de su legado histórico, en lo que se suele denominar como turismo cultural. Ni que decir tiene que son muchos más aun los que vienen buscando sus especiales condiciones naturales y paisajistas.
Durante el pasado año, Nerpio, fue visitado por muchos turistas, a los ya tradicionales que buscan paz, tranquilidad y el aire puro de estas montañas, se unen otros cuya intención es conocer la gran riqueza arqueológica que guarda este pueblo.
Las casas rurales son una realidad que crece cada día, ofreciendo a los visitantes unos buenos servicios en cuanto a alojamiento con una muy buena relación calidad precio.
Hay muchas razones para pasar unos días en Nerpio; Buenos paisajes, sosiego, montaña, nieve, fiestas tradicionales, temperaturas suaves en verano, agua fresca, gentes hospitalarias, a todos los que buscan algo de todo esto se esta uniendo cada vez más el visitante culto y curioso atraído por el patrimonio cultural de un pasado esplendoroso.
Con la declaración de las pinturas rupestres del arco Mediterráneo patrimonio de la humanidad por la Unesco, Nerpio se convierte en una referencia obligada, ya que los yacimientos distribuidos a lo largo de su termino municipal hacen de esta zona una de las más importantes del país en cuanto a arte rupestre.
Nerpio vive en estos principios del año una ebullición cultural relacionada con las pinturas y los pintores.
La exposición de pintores nerpianos en la Casa de la Cultura a servido para contemplar algunas de las obras de nuestros artistas y también para que se vayan conociendo otros pintores, desconocidos para la mayoría de la gente, que podrán exponer sus obras en el futuro.
Hay en Nerpio, en su gente y en sus paisajes, una riqueza pictórica que quizá sea el reflejo de aquellos primeros artistas que hace miles de años dibujaron en las piedras lo que hoy esta considerado patrimonio de todos.
El pasado mes de diciembre, tuvo lugar una exposición en la ciudad de Valencia, una muestra de óleos de Alfonso Ortuño, en una famosa galería de arte de la ciudad del Turia. Entre los cuadros expuestos había uno titulado "Paisaje de Nerpio" un óleo de 60 x 81 centímetros, cuya contemplación en tan prestigiosa sala coincidía en la fecha con la exposición de pintura en la Casa de Cultura de Nerpio y con la declaración de la Unesco sobre las pinturas rupestres.
El cuadro "Paisaje de Nerpio" sigue, después de concluida la muestra, en la galería de arte Segrelles del Pilar de Valencia esperando un mecenas dispuesto a adquirirlo. Además de estas coincidencias hay un numero considerable de aficionados procedentes de Nerpio, o relacionados de alguna manera a él, dedicados al arte de la pintura.
Queda claro pues que Nerpio no solo inspira una gran sensibilidad para el arte de la pintura a los nacidos por esta tierra, sino que muchos de los que vienen de visita quedan maravillados por sus paisajes y el encanto de su entorno.
En otro orden de cosas la actualidad de Nerpio esta condicionada por las bajas temperaturas, el invierno esta siendo uno de los más fríos que se recuerdan en los últimos años, las heladas dejan aun más frías las noches donde el termómetro suele situarse bajo mínimos. El consejero de administraciones publicas Antonio Pina inauguro hace unas semanas la sede de la agrupación de voluntarios de protección civil.
Algunas de las calles más importantes del pueblo están en obras, desde La Terrera hasta El Partidor, hay una zona demasiado estrecha por donde los grandes vehículos tienen dificultades y en muchos casos no pueden pasar. El famoso desvío fue una de las grandes promesas electorales de hace cuatro años, pero todavía sigue sin construirse. La torre de la iglesia de La Purisima estreno recientemente un nuevo reloj al que muchos vecinos aun no se han acostumbrado por la fuerza y asiduidad con que repite las señales horarias. En la ermita también se han efectuado obras, el templo de la Virgen de la Cabeza, patrona de Nerpio, necesitaba algunos arreglos puntuales. ,
Obras, arreglos e inauguraciones en estas primeras semanas del año, algo normal teniendo en cuenta que las elecciones son dentro de unos meses y los políticos comienzan a vender a los vecinos los presuntos logros conseguidos, muchos de los cuales se realizaron, como de costumbre, sin ni siquiera consultarles, y es que en este pueblo de gran riqueza cultural y tantos artistas del pincel, en cuestiones políticas, los vecinos siguen siendo los que menos pintan.

Pedro Serrano Gómez
La Verdad de Albacete, Sábado 30 de Enero de 1.999

NERPIO, UN LEGADO HISTORICO


Existen datos contrastados de que el hombre estuvo por estas tierras hace mas de cinco mil años, lo confirman las pinturas rupestres que son patrimonio de la humanidad y una de las riquezas culturales e históricas más importantes de Nerpio. El arte rupestre distribuido entorno al río Taibilla es para los expertos en la materia uno de los vestigios prehistóricos más importantes de España.
 Antes y después de aquellos hombres que dejaron sus huellas plasmadas en las cuevas, la historia existe pero poco se sabe de ella, sobre todo en ciertas épocas oscuras del devenir del tiempo por estas latitudes. Los Iberos que habitaron el sur y el este de la península entre los siglos VI a. C. Y, 11 a. C., dejaron constancia de su paso por Nerpio sobre todo en el poblado Ibérico de El Macalón, un yacimiento arqueológico saqueado brutalmente a lo largo de este siglo. Parte de la historia de este pueblo eran sus ruinas atávicas robadas por carroñeros sin escrúpulos. Desde su cumbre estratégica mirando el Taibilla, El Macalón reposa en silencio sobreviviendo al olvido.


En la época Romana a principios de nuestra era, Nerpio fue paso de viajeros y comerciantes, parece ser que el vocablo, Nerpio, proviene de ese periodo en que los romanos estuvieron por esta zona, también dejaron vestigios arqueológicos a lo largo del extenso termino municipal. 
Con los reinos Visigodos sobre el año 500 fue centro de encuentros bélicos que se prolongarían hasta la marcha de los Arabes.

A mediados del siglo XI la historia de Nerpio se encontraba ligada al castillo de Taibilla, hay ya en esa época datos de intelectuales islámicos que lo certifican.
Las primeras referencias documentales que hay sobre la población de Nerpio datan del año 1.242, durante los primeros meses de ese año tropas santiaguistas y aragonesas conquistaban Nerpio y Taibilla, junto con los castillos y poblaciones musulmanas de la comarca. Ese mismo año Femando III el santo, otorgaba a la orden de Santiago la villa de Segura de la Sierra con todos sus términos, en los que estaban incluidos Taibilla y Nerpio.

En julio de 1.243, el príncipe Alfonso, futuro Alfonso X el sabio, confirma los términos de Segura de la Sierra, entre ellos se encuentran las aldeas de Nerpe y Tayviella, limitando con la Graya, Yeste, Miravetes, Bolteruela y otras comunidades pobladas por musulmanes. Unos años después en 1.264, los musulmanes del reino de Murcia se sublevaron contra Castilla y las tropas santiaguistas pudieron evitar que el levantamiento tuviera éxito en Taibilla, lo que indica la existencia ya de un reducido núcleo de pobladores cristianos en esta fortaleza tan próxima a la frontera granadina.

La consolidación del núcleo de Taibilla se produjo en las ultimas décadas del siglo XIII, en esa época parte de la población era mudéjar, de la que la orden de Santiago extraía importantes tributos feudales.
Años después con la ocupación aragonesa del reino de Murcia y la perdida de Huescar en 1.334, casi se anulo el proceso de repoblación de la zona. La frontera con Granada quedo, de nuevo, situada en los limites de la encomienda de Taibilla, acentuando el carácter militar de estos territorios.
 La necesidad de defender esta zona fronteriza llevo a Femando IV el emplazado, a solicitar del pontífice la predicación de la cruzada por todo el reino castellano para el mantenimiento del castillo de Taibilla. En 1.386, Inocencio VII, el papa que quiso resolver el cisma de occidente, expedía una bula en Aviñón instando a la defensa de los castillos de Taibilla, Segura y Yeste.
Parece ser que tras la caída de Granada, en 1.492, la comarca queda desolada y casi despoblada. Con la desaparición del reino musulmán de AI- Andalus, se acentuó la explotación económica de la zona.
 A la llegada masiva de ganados la acompañó un aumento progresivo de las roturaciones agrícolas y la construcción de algunos molinos para el cereal que propiciaron el inicio de un débil asentamiento en la casi desaparecida aldea de Nerpio.
En las primeras décadas del siglo XVI se produjo una rápida colonización del territorio, fue cuando posiblemente comenzó a conformarse lo que hoy conocemos como Nerpio, con el asentamiento de pastores y campesinos. En 1.575 Nerpio contaba ya con una población estable de cincuenta familias, existían seis ruedas de molinos y nacieron algunos caseríos rurales ocupados temporalmente como Yetas y Chorretites. Para entonces ya se había consolidado la realización de una mesta anual en el segundo domingo del mes de agosto, posiblemente esas ferias a mediados del segundo milenio fueron el origen de lo que hoy conocemos como, las fiestas de agosto.
Al finalizar ese siglo, en 1.597, Nerpio contaba ya con 147 familias, cifra que se mantendrá estable durante las siguientes décadas, lo que convierte, claramente, a la segunda mitad del siglo XVI en el periodo clave de consolidación de Nerpio como núcleo de población.
A principios del siglo XVII, los habitantes de Nerpio comenzaron las protestas ante lo complicado de su situación jurisdiccional y la escasa atención que se les prestaba desde Yeste, de quien dependían. En la segunda mitad del siglo comenzaron los tramites para solicitar el privilegio de villazgo, este se consiguió el 26 de junio de 1.688. Por la obtención del titulo de villa se tuvo que pagar la cantidad de 1.125.000 maravedies. Para garantizar el pago, la comunidad de vecinos otorgó una carta de obligación a favor de Martín Tejada, secretario del rey y depositario del Consejo de la Cámara. Esta cantidad resultó de asignar a cada vecino la cifra de 7.500 maravedies, comprometiéndose la villa a que se pagaría más si hubiera un mayor número de vecinos.
Casi un siglo después en 1.755, la población estaba formada por 315 casas, casi todas habitables, diseminadas por el campo había otras 133, que normalmente sólo se habitaban en la época de la recolección y de otras faenas agrícolas. Del total de población en aquella época, una tercera parte estaba formada por jornaleros, cuatro eran sacerdotes y el resto labradores.
A principios de este siglo, hace cien años, y según los datos del diccionario Espasa Calpe de la época, la densidad de población de Nerpio oscilaba entre 7 y 15 habitantes por Km2, lo que equivalía a unos 4.400 habitantes. A mediados de este siglo parece que fue la época que más poblada estuvo la comarca, sobre unos 6.000 habitantes se estima que vivían en Nerpio en 1.950. En los años sesenta y setenta se produjo un importante descenso con el éxodo masivo a las ciudades.
En estos últimos años del siglo XX la población se ha estabilizado entorno a los 2.000 habitantes que pueblan Nerpio y sus aldeas, lo que supone menos de siete habitantes por Km2.


No hay mucha información de otras épocas fundamentales de la historia de Nerpio, es posible que muchos documentos fueran sustraídos por funcionarios caciques y otros se perdieron o fueron destruidos durante y después de la guerra civil.
La conclusión es que por estas tierras pasaron muchos pueblos y civilizaciones, el hombre estuvo aquí hace mas de cinco mil años lo que demuestra que Nerpio, además de un paraíso natural, es un gran legado histórico.
Pedro Serrano Gómez
 La Verdad de Albacete (1995)

domingo, 26 de octubre de 2008

EL TIO GREGORIO CUMPLE 107 AÑOS

EL TIO GREGORIO DE NERPIO CUMPLE 107 AÑOS

Antonio Juárez Amador "El Tío Gregorio" de Nerpio cumple 107 años, es el hombre más longevo de la provincia.
Sentado en su sillón, en un rincón al lado de la estufa, en casa de su hijo en La Viñuela, Nerpio,pasa la mayor parte del dia el Tío Gregorio. Vestido de riguroso negro con su inseparable chaleco y su reloj de bolsillo chapado en oro que le regalaron al llegar a los cien años. No pierde la coqueteria a pesar de los años, cuando enfoco la cámara para hacerle una fotografía no duda en sacar el peine del bolsillo y arreglarse sus blancos cabellos. Las piernas le flojean y casi no puede caminar, tiene dificultades para oír, pero aun conserva una excelente memoria y un genio noble que se suele transformar en pícaro e irónico buen humor. Tiene buen apetito, sobre todo si son comidas de las de antes como hoyas y potajes. En su cálida mirada se reflejan muchos de los acontecimientos transcurridos a lo largo de este siglo, este hombre posee la sabiduría que solo el tiempo regala a los privilegiados, historia y memoria para poder contarlo.
No toma ningún tipo de medicamento, no lo necesita, su fortaleza fisica y mental unida a los aires puros de la sierra quizá sean el secreto de su larga existencia. Es sin duda uno de los hombres más longevos de toda España, Antonio Juárez Amador, conocido popularmente como, el tío Gregorio, nació en las Cuevas de Las Quinterías, un paraje muy bonito de Nerpio, el 9 de Mayo de 1891, cumple pues en estos días 107 años. Le gusta comentar entre bromas que pasara los 110, lo cierto es que si vive un par de años mas, será una de la pocas personas que han vivido en los tres últimos siglos, algo sin duda al alcance de muy pocos. Dice que en todos estos años se ha fumado muchas arrobas de tabaco verde, algunos litros de carrasqueño y que le han gustado mucho las mujeres, eran los unicos vicios que tenia.
El tema de la religion lo tiene claro, cree en Dios porque alguien tiene que haber creado este mundo - comenta- y alguien tiene que mantenerlo, cuando le pregunto por la política confiesa su simpatía por los socialistas y por el actual monarca, el Tío Gregorio piensa que" el rey Juan Carlos I es la mejor herencia que nos dejo Franco".
Lo más asombroso de este hombre, aparte de su longevidad y su simpatía, es su gran memoria, es un deleite poder hablar con él, recorre con sus recuerdos parte de la historia de Nerpio Y España en este siglo.
Comienza a enumerar fechas y personajes que conocio a lo largo de su vida, después de un pequeño silencio de concentración, viaja a través del tiempo a los recuerdos más lejanos de su historia personal...
Hace un siglo cuando España perdió sus colonias de ultramar y nació Federico García Lorca, centenarios ambos que celebramos este año, el Tío Gregorio tomaba la primera comunión. Siendo todavia un niño escuchaba los lamentos de las numerosas perdidas humanas que ocasiono aquella guerra, "En Cuba murieron muchos Españoles", el aun lo recuerda. Realizo el servicio militar en Madrid en el año 1.913 en el regimiento de infantería Inmemorial del rey, en el cuartel de María Cristina, recuerda incluso el nombre de coronel y de algunos compañeros, juro bandera ante Alfonso XIll y su madre María Cristina de Habsburgo que presidían la tribuna ante la que desfilo como soldado.
El Tío Gregorio se caso con Aurelia García en 1916, "cuando me case -comenta- no teniamos ni para comer, hice boda, pero como no teníamos un duro matamos unas gallinas y con un "pernilujo" le dimos de comer a la familia...
"Aquel año - recuerda- cayo un nevazo muy grande que tapo puertas y ventanas".
Tuvo cinco hijos, mas de una docena de nietos y como le gusta decir, "mas de una veintena de biznietos". ...
Trabajo a lo largo de su vida en numerosos oficios, jornalero en la aceituna, borreguero, pastor, gañan, yesero, molinero, fue andando a la siega de Albacete, cuenta que padeció mucho durante la guerra civil, a la que no acudió porque era ya relativamente mayor, al iniciarse la contienda tenia cuarenta y cinco años.
Ha conocido monarquías, regencias, repúblicas y dictaduras. Recuerda frases de antaño como" Azana y Caballero la salvación del obrero" o las proclamas radiofónicas del general Queipo de Llano.
Habla de guerras en Filipinas y Mica, de la dictadura de Primo de Rivera, de las dos guerras mundiales, de el atentado que acabo con la vida de Carrero Blanco, de la transicion en España, de la llegada al poder de los socialistas y el tríunfo posterior del Partido Popular de Aznar. Comenta incluso las elecciones primarias del PSOE, y es que aparte de su gran memoria al tío Gregorio le gusta estar al día, escucha mucho la radio, que es su mejor fuente de información, incluso recuerda los primeros aparatos de radio de príncipios de siglo y como no la llegada de la televisión, lo que no entiende ni sabe para que sirven son los ordenadores, ni falta que le hace.
Contrastando algunos fechas importantes de este siglo con su vida comprobamos que en la primera guerra mundial estaba en la mili, durante la segunda guerra mundial tenia ya medio siglo de existencia, en el mitico Mayo del 68 hacia ya diez años que el tío Gregorio era pensionista, cuando murió Franco pasaba de los ochenta años. Habla de datos y fechas con una gran lucidez como si el tiempo y el azar le hubiesen elegido como testigo privilegiado para contemplar el divagar de la historia de este siglo veinte.
En cuanto a sus recuerdos sobre Nerpio es algo asombroso, pues a conocido y vivido todo lo que ha pasado en este siglo en el pueblo y sus pedanías, cita nombres de alcaldes, curas, guardias civiles y personajes peculiares que conoció a lo largo de su vida, habla de un alcalde que se llamaba Juan Latas, "Era retratista, de aquellos que metían la cabeza por detrás de aquellas viejas camaras de fotos en blanco y negro con tonalidades amarillas, conmigo- recuerda- se porto bien ya que me hizo unas fotos y me arreglo unos papeles que necesitaba por aquel entonces".
Recuerda también un día que subió al Cortijo Nuevo "el niño Pepe" con su sombrero, montado a caballo, a la casa de Francisco Piñero, "aquel, el Niño Pepe, era en realidad quien ponia y quitaba a los alcaldes"...
El tío Gregorio recuerda pasar por el río Taibilla a la entrada de Nerpio cuando aun no habían construido el puente. Se asombro a lo largo de su vida de las innovaciones que el paso del tiempo fueron llegando al pueblo, vivió la llegada del teléfono, los primeros automóviles, la luz eléctrica, la radio y la televisión...
Con su mirada curiosa y vivaz vuelve a sacar su ironía contando entre risas que fue en realidad un pastor quien invento el tren, fue al poner una cafetera en la lumbre, aquello comenzó a menearse, después le puso ruedas, fue como nació el tren. El tío Gregorio cree que saben mas los sacristanes que los curas, después de un buen rato de conversación comienza a contar chascarrillos. Es admirable el buen humor que sigue teniendo y la lucidez con la que se expresa...
Este articulo es un pequeño homenaje en su 107 cumpleaños a uno de los hombres con mas años de experiencia en la historia de este siglo, un ser inteligente, amable y entrañable al que es todo un placer poder escuchar.

Pedro Serrano Gómez
La Verdad de Albacete, Sábado 9 de Mayo de 1.998

LA CUADRILLA DEL TIO ROMAN


sábado, 25 de octubre de 2008

EL PUENTE


Toda ciudad o pueblo importante tiene su río,los ríos tienen sus puentes,
hay en Nerpio varios puentes, el Puente Nuevo, el Puente del Tío Frasquito,el puente de Turrilla, hasta hay uno femenino, la Puente. Esta la Tabla, que es un pequeño puente de madera para cruzar el río.
lo que más hay son piedras en medio del río, pasaderas se llaman, por las que se suele cruzar en la mayoría de los tramos.
Pero hay uno que no necesita nombre porque es, El Puente.
Construido a principio de siglo, el puente de Nerpio es una obra majestuosa que sirve de entrada al casco antiguo del municipio desembocando prácticamente en la plaza.
El Puente separa la zona nueva, donde estan los locales de diversión bares y discotecas, del casco antiguo del pueblo.
El Puente es un punto estratégico y zona de reunión para los hombres, sobre el, se reúnen a conversar, haciendo de todo su entorno, desde la casa de la cultura a las flechas, un punto de encuentro casi más importante que la plaza.
El sol que da durante todo el día, y la vista panorámica que ofrece, hacen del puente un escenario imprescindible en Nerpio.
Por el puente se asomaban las mujeres, cuando la verbena se hacia abajo junto al sanatorio. Desde el puente se ve quien baja por la terrera, quien sale de la plaza o quien llega por la carretera.
Quien haya cruzado el puente en las madrugadas de invierno sin encoger los hombros de frío y viva para contarlo, merece una medalla.
El bar del puente es punto de encuentro de los Animeros, allí suelen echar sus ultimas coplas los días de la pascua. En el bar del puente juega a veces al domino el tío Román cuando los críos de la Cuadrilla le dejan un rato para el ocio.
Muchas cosas han cambiado en este pequeño pueblo de la sierra,cambiaron las tapias de tobas, aquellas que desprendian poesia, por las frias piedras blancas de la cantera, cortaron algunas de las mejores nogueras, se cargaron el mitico paraje del "Langosto", pero con el Puente no pudieron, él aun sigue hay, ajeno al paso del tiempo, como las grandes obras. Y tu, lector curioso, que deambulas tranquilamente leyendo estas líneas,si has estado en Nerpio o quiza vives alli, nunca te has preguntado, por curiosidad, cuantas veces abras cruzado por este puente.

Pedro Serrano (1995)

NERPIO, VIEJOS OFICIOS Y COSTUMBRES


Los viejos oficios de los pueblos, así como muchas tradiciones y costumbres se van quedando anticuadas o han desaparecido, las nuevas tecnologías han dejado muchas profesiones y faenas prácticamente olvidadas. Estos hábitos y labores hacen de Nerpio un pueblo variopinto, rico en costumbres y con una gran riqueza antropológica.
Algunas actividades que fueron de suma importancia para el desarrollo del pueblo en otros tiempos han quedado en desuso. Un claro ejemplo son los molinos de agua para cereales que fueron muy importantes antaño para la supervivencia, y sinónimo de desarrollo, hoy solo se conservan algunos intactos a lo largo del río Taibilla, con sus muelas, piedras e instrumentos necesarios, algunos en ocasiones aun siguen funcionando de forma esporádica. Seria conveniente que alguno de estos edificios fuera adquirido por alguna de las muchas administraciones para conservarlo como muestra del paso del tiempo y convertir alguno de ellos en museo.
En la agricultura casi desapareció la trilla, el grano volando en las eras en aquellas interminables tardes de verano es ya parte de la historia, así como los picarones "esparfollos" donde los mozos galanteaban en las trasnochas.
El arado fue la herramienta fundamental para trabajar la tierra, los burros, los mulos y las vacas dejaron paso a los tractores y la maquinaria en el campo. En Nerpio aun quedan bestias para la faena en la huerta. El tío Patricio, en la vega del Taibilla, sigue utilizando sus vacas para las labores agrícolas. Son los últimos campesinos del siglo XX, otro oficio que tiende a desaparecer. Los agricultores sufrieron la tardía llegada de la mecanización a la sierra, en este terreno frío y abrupto, las heladas y los bajos rendimientos han dejado sin cultivar extensiones considerables.
Quedan ya pocos hombres que trabajan el esparto, su recolección permitía el abastecimiento de recipientes para las tareas agrícolas. Algunos son verdaderos artesanos en la plaita, confeccionan espuertas, serones, forros de botellas y barjas para echar la merienda.
Otros oficios que están desapareciendo son los pineros y peladores, que abundaron en esta zona de montaña donde antes se realizaban cortas considerables de pinos. Quedan también cada vez menos "escardaores" de nogales, un oficio duro, difícil y arriesgado sobre todo en las grandes nogueras donde son pocos los que aun se atreven a trepar por sus ramas.
Otros oficios itinerantes eran los titiriteros, músicos y romanceros, que de vez en cuando visitaban el pueblo y aldeas. Los barberos también recorrían las pedanías para ofrecer sus cortes y afeitados. También están prácticamente desaparecidos aquellos afiladores que llegaban al pueblo anunciándose a gritos, recorriendo las calles en motos equipadas con todo lo necesario para afilar cuchillos, arreglar somieres o cualquier utensilio casero.
Los carpinteros y herreros tuvieron gran prestigio antaño pues de ellos dependía el buen funcionamiento de los instrumentos familiares y aperos de las bestias, hoy alguna de las fraguas cerradas son otros edificios dignos de conservación.
Por aquí hubo yeseros, tejeros y carboneros que desaparecieron con la llegada de industrias más innovadoras.
Otro de los recursos a los que se acudía en épocas de escasez de trabajo, era "la mata", recogida de plantas aromáticas en el monte como romero, espliego y "manisierva", que se destila en grandes calderas. Esta actividad aun se realiza sobre todo en verano en la época del espliego.
Los chalanes y recoveros eran vendedores ambulantes que a lomos de sus mulos o burros recorrían las aldeas vendiendo, cambiando y trapicheando con toda clase de géneros exóticos que no abundaban por estos lugares, llevaban noticias de un sitio a otro, como mensajeros y recaderos entre familias, cuando el aislamiento y la carencia de vías de comunicación impedía hacerlo por otros medios. Los marchantes siempre tuvieron fama de fabuladores. con el peligro de extinción de los burros y demás bestias este oficio se fue a pique, así como el de los esquiladores que con sus grandes tijeras trasquilaban a los burros en el camino del "Iangosto".
Esta es una tierra de pastores y agricultores, peones, albañiles y jornaleros. Los pastores empezaban generalmente desde pequeños y muchos se dedicaban a ello durante toda su vida. Un oficio donde no existen los días festivos y hay que aguantar las dificultades climáticas sobre todo del duro invierno. Pastores aun quedan muchos en Nerpio, junto a la construcción, esta dedicación ha sido una de las causas de que más gente no emigre fuera del pueblo. De la importante y numerosa diáspora Nerpiana que vive fuera, una gran parte trabaja en la hostelería, una dedicación que deberá crecer en Nerpio si se cumplen las expectativas del turismo rural.
En Nerpio la vida espiritual y las creencias tienen un sentido especial, era generalmente oficio de mujeres, hubo y quedan algunas rezadoras y sanadoras que curan el mal de ojo, la carne "corta" e incluso algunas infecciones, Había comadronas que asistían en los partos y madres de leche que amamantaban hijos ajenos, otras trabajaron sirviendo en casa de algún señorito. La mujer en el campo, como en la ciudad, siempre lleva la peor parte, además de la faena del hogar participaba también en las labores agrícolas.
Pero Nerpio aparte de pastores y agricultores, funcionarios y albañiles, ha sido sobre todo un pueblo de jornaleros que han tenido que emigrar en busca de sustento hacia otras tierras, muchas veces una misma persona, según la época del año, ejercía de segador en los campos de Albacete, vendimiador en tierras Francesas, o recolector de aceituna en Andalucía. Jornaleros de la sierra que han desarrollado su trabajo en condiciones duras y penosas para poder salir adelante. Oficios y costumbres de hombres sin historia que se levantan a una orden del sol y trabajan los campos en una labor silenciosa, cotidiana y constante, como sustancia del progreso, son la verdadera tradición, la tradición eterna ligada sin remedio a la tierra.

La Verdad de Albacete, Sábado 11 de Abril de 1.998
Pedro Serrano Gómez


viernes, 24 de octubre de 2008

EL MAESTRO MUSICA

Juan Antonio Fernández García,el maestro musica, nació el 22 de mayo de 1.927 en Caravaca de la Cruz (Murcia). La primera vez que visito Nerpio, tenia ocho años, fue para la feria de septiembre del año 1.935, acompañando a su padre que venia con la banda de música de Caravaca.
Por aquella época no podía imaginar que su vida musical estaría tan ligada a aquel pueblo.
Dos décadas después, el 9 de marzo de 1.956, fue requerido por el señor alcalde, Don Francisco López Chicheri Nicolau, quien le encargo la formación de la banda de música en Nerpio.
Fue su primera etapa como director de la banda de música municipal de Nerpio. Recuerda aquella etapa con nostalgia a pesar de las grandes dificultades y penurias que paso para dar las clases de solfeo, sobre todo por la carencia de luz eléctrica.
Por aquellos tiempos Don Juan Antonio se desplazaba, casi a diario, desde la localidad murciana, hasta las alejadas tierras del Taibilla, pilotando a gran velocidad una ruidosa motocicleta, ciñéndose en las curvas y sorteando los baches de las desoladas carreteras de montaña. Fue cuando comenzó su fama de amante de la velocidad con los vehículos de motor, lo que demostró algunos años más tarde con sus diferentes automóviles, cuando tenia que recorrer varias veces por semana los duros caminos de la sierra para impartir sus clases de solfeo.
A finales de los años sesenta la banda de Nerpio se disolvió, lo que motivo un largo periodo de silencio musical en el pueblo, que duraría hasta entrada la década de los ochenta.
En el año 1.983, comienza una nueva etapa de la banda que dura hasta nuestros días, con un nombre propio, D. Juan Antonio Fernández, que había sido director de la banda en los años cincuenta, regresa para hacerse de nuevo cargo de la dirección.
Volvió a comenzar de cero y consiguió formar una banda de cincuenta y seis músicos y una etapa brillante con gran numero de actuaciones dentro y fuera del pueblo.
Conocido popularmente como el "Maestro", D. Juan Antonio se ha jubilado recientemente, dejando un dilatado historial, repleto de pasacalles, conciertos y duros ensayos, donde, su fuerte carácter, su noble simpatía y el amor por su trabajo, han sido una constante a lo largo de su trayectoria.
El pasado día 16 de agosto, D. Juan Antonio, recibió un merecido y emotivo homenaje, con motivo de su despedida, por los años de trabajo al servicio de la música y la cultura en esta localidad, el pueblo de Nerpio agradeció con su asistencia y aplausos entusiastas los servicios prestados.
En su discurso de despedida el entrañable "maestro música", fue sencillo, sincero y muy emotivo, llegando a emocionar a muchos de los presentes. Tuvo palabras de elogio y agradecimiento para Nerpio y sus gentes, por la simpatía que siempre le han demostrado, y como no, para su esposa que siempre estuvo a su lado acompañándole en todo momento.
El primer edil del ayuntamiento le entrego una placa en nombre de todos los nerpianos, como reconocimiento a su labor, recordándole que en Nerpio tiene su casa. Para finalizar el emotivo concierto de la banda en homenaje al que fuera durante tantos años su director, el viejo maestro, tomo la batuta, para dirigir por ultima vez a la banda de Nerpio, que interpreto el Himno de La Virgen de La Cabeza, cuyos arreglos son del propio maestro.
Con el homenaje a D. Juan Antonio Fernández se cierra una etapa que abarca toda la segunda mitad de este siglo de la banda de música en Nerpio.
Suele recordar a veces el maestro, muchas anécdotas en todos estos años de dedicación¡ una de ellas es afirmar que en este pueblo siempre ha habido una especial sensibilidad para la música.
La Cuadrilla del tío Román, desde estas paginas dedicadas a la música en Nerpio, se suma a las felicitaciones a este buen hombre que trabajo durante muchos años por la música en nuestro pueblo.
i Hasta siempre Maestro!

Pedro Serrano (1.999)

Pequeña historia de la peña


Peña Escorpión 1982-1998

La Peña Escorpión apareció por primera vez en las fiestas de agosto de 1.982, cuando el tablao era de madera y los palos mojados del viejo ayuntamiento desprendían aquel rancio aroma a vaca, pólvora y fiesta. Cuando las verbenas se hacían al lado del río junto al sanatorio y las mujeres miraban desde el puente a los jóvenes bailar, cuando las vacas estaban en la Hoz y en la "zequia" nadaba el tiburón, en fin, cuando teníamos quince años y todo era tan bonito que permanecen en nuestra memoria aquellos años de adolescencia y aquellas fiestas de agosto mitificadas con el paso del tiempo.
En estas fiestas de Agosto de 1.998 celebramos el decimosexto aniversario de una de las peñas con mas tradición desde que en Nerpio se implantÓ este tipo de grupos. Nuestra primera indumentaria fueron unas camisas blancas con cuellos largos que encontramos en el arca y que seguramente eran de nuestros padres. En su espalda grabamos el dibujo de un escorpión diseñado por Pepe jesus Moreno, que por aquellos tiempos era el artista de moda en lo que a logotipos se refiere.
La peña fue idea de un grupo de amigos que cuando comenzaba la decada de los ochenta empezamos a vivir las fiestas de agosto con ese impetu e ilusión que solo se experimenta en la juventud, llevamos pues muchos de nosotros justo la mitad de nuestras vidas en este grupo.
La peña Escorpión cumple dieciséis años, la mayoría de los componentes actuales, sobre todo sus primeros miembros, han llegado ya a los treinta, es por tanto, una de las peñas más veteranas de las fiestas, a pesar de su lozanía. Cuando comenzamos, éramos diez o doce, todos varones, después se fueron incorporando chicas, amigas, novias, los novios de las amigas y las novias de los amigos, en la actualidad somos aproximadamente cuarenta los miembros de la peña Escorpión, la mayoría ya están casados y algunos con hijos, tenemos algunas componentes en estado, de gracia, que no de excepción, por lo que en los próximos años seremos mas Escorpiones, prueba de que el aguijón funciona.
El nombre de "Escorpión" entre otras anécdotas que casi no recordamos, fue por la devoción de varios de los miembros fundadores del legendario conjunto musical "The Escorpións", una banda de rock duro que ha dejado para la historia de la música algunas de las más emotivas baladas de amor.
Nuestro simbolo, que plasmamos cada año en las camisetas es un escorpión, un escorpión muy particular, el "Escorpión de Taibilla", más pequeño que el tiburón de "zieca", pero muy abundante en las laderas del río Nerpiano, al contrario de otras especies que abundan en los secanos, el Escorpión de Taibilla busca los parajes húmedos. Cuando era pequeño bebía "kalimocho", en la adolescencia cerveza y vino cuando se hizo mayor, aunque su gran debilidad es el agua fresca del Taibilla por donde merodea en los calurosos veranos esperando con impaciencia la llegada de las fiestas de agosto para trasladarse al sótano donde encuentra el frescor, la intimidad y el liquido necesario para su supervivencia. En estos dieciséis años, el Escorpión se ha camuflado de diferentes colores; azul, rojo, verde, blanco...
Nuestro dibujo y simbolo, el Escorpión, enarbola en una mano la bandera de Castilla - La Mancha con el viejo escudo de Nerpio, lleva colgada una "barja" cargada de carretillas, en la otra sujeta un Gin - Tonic, esta fumándose un gran puro y luce también en su mano derecha un lujoso reloj de arena símbolo del irremediable paso del tiempo. En el ojo derecho lleva un monóculo muy particular, por su forma de mirar parece que esta algo bizco, quizá ciego, normal en época de fiestas cuando suele salir de su escondrijo.
En la cola lleva dibujados algunos simbolos; la inscripción de los Rolling Stones, sacando la lengua (la rebeldía de los primeros años), una declaración de amor al J-B con el que cuajo sus primeras jaranas, un anuncio que recomienda el uso de los profilácticos para las desenfrenadas y efusivas madrugadas en las verdes y húmedas alfalfas, una foto del Che que recuerda los años en que nacieron la mayoría de los componentes de la peña, entre 1.965 a 1.970, años de revueltas y movilizaciones estudiantiles de sueños y utopías. La ultima inscripción en la cola del Escorpión aunque ya este en desuso y nos miren de reojo los de moral estrecha, dice; sexo, vino y rock and roll, eso sí, con vista y moderación, como siempre lo ha echo el escorpión.
La sede de la peña es el sótano, allí hemos pasado muchos y buenos momentos en estos años, allí en el sótano estuvo antaño el cine, aquel viejo cine que tantos buenos recuerdos nos dejo, Cine Avenida se llamaba, allí crecimos viendo películas de Tarzan y del lejano oeste, allí contemplamos enardecidos las primeras cintas eróticas de la transición, por allí pasaron artistas de la canción Española y los primeros destapes que llegaron al pueblo, en el cine vimos los de nuestra generación los primeros bailes de peñas y elecciones de madrinas. En el cine, se dieron los primeros mítines políticos de la democracia y se organizaron los primeros festivales de música Folck. Los Escorpiones nos reunimos allí, en el sótano, donde antaño estuvo el cine y comenzamos a soñar, la verdad es que en el ambiente aun flota la nostalgia de aquellas verbenas y los pataleos en el gallinero cuando la película tardaba en comenzar. Hoy aun es nuestra sede gracias a la amabilidad y hospitalidad de Eusebio que nos lo cede amablemente para nuestras fiestas particulares.
En estos grupos grandes como nuestra peña es normal que existan diferencias de opinión, incluso es bueno que haya distintos puntos de vista, pero lo que nos une por encima de todo a los escorpiones es nuestra amistad desde que éramos niños y el aprecio que sentimos por Nerpio y sus fiestas.

Pedro Serrano (1998)